06: Tokio

117 18 8
                                    

Su cabeza se encontraba recostada del vidrio de la ventana del tren, su cansancio siendo menos que antes debido a que el día anterior se alimentó, hidrató y durmió bien ¡incluso se pudo echar un buen baño! Estaba agradecido con Kanamori y fue por eso que sonrió al recordar que este cuidaba de Ginkoh y pudo pagarle por eso a pesar de que el beta insistió que lo hacía de corazón. Sus ojos se sienten pesados y su corazón estaba tratando de sanar.

Todo ocurrió tan rápido, y se da cuenta al escuchar el chirrido del tren en donde se encuentra, compró un boleto que lo llevaría a Tokio, había escuchado de la gran ciudad y civilización pero nunca se imaginó cómo era.

Lamentablemente, Muichiro y su hermano jamás salieron al mundo exterior fuera del Reino Lunar, por lo que muchas cosas se les fue privada y se sorprende con facilidad al notar cosas fuera de lo común.

Muichiro jamás tuvo un amigo, jamás conoció a un alfa que lo quisiera cortejar y sobretodo, nunca pudo conocer a nadie que se acercara a él sin ningún tipo de interés por su reino de por medio, su abuelo mayor se encargó de que en su vida se le fuera inculcada las cosas que lo debían de formar como un omega digno de merecer su trono.

Pero a lo largo de los años se dio cuenta que todo era una competencia con su gemelo mayor, Yuichiro siempre recibiría el crédito, tendría la primera palabra, sería más valioso y lo llevarían a clases especiales que él jamás pudo participar porque sus padres le decían con tristeza que eran órdenes de su abuelo. Creció siendo comparado, corregido y sumiso, se acostumbró a ser una sombra que no resaltaba.

“No debes opacar a tu hermano, Yuichiro aún no aprende a pelear con la espada”  esas palabras todavía pesaban en su pecho, se acuerda que tenía catorce años, su padre les enseñaba junto al abuelo Yorichi varias técnicas para pelear a mano con la katana, él se divertía, lo disfrutaba tanto que llegó a pulir en menos de dos meses el kendo, fue en su momento un maestro espadachín siendo tan joven, su madre estaba tan orgullosa pero jamás olvidaría el cómo su abuelo Muichikatsu se acercó al palacio prohibiendo que tocara la katana o que fuera mejor que Yuichiro, ya que, su hermano jamás llegó a blandir la espada como él. Y entonces, desde ese día, sus sueños de participar en el ejército como un omega de clase alta en luchas con la espada se le fue arrebatado porque su gemelo no era mejor que él.

Su cabeza empezó a doler, cerró los ojos, evitando llorar y tragó grueso.

Estación de tren a Tokio, llegando a Shinjuku.

La voz electrónica hace que el omega se alarme y mire de dónde proviene, Muichiro tuvo lujos de bañarse en oro, pero nunca se había montado en un transporte tan avanzado como el tren, o bueno, él pensaba que el tren era lo más avanzado en vehículos.

Vio a los pasajeros yéndose de sus puestos y él no dudó en tomar su bolso y bajar también. Lo primero que lo recibió fue el bullicio de Tokio, las personas pasaban apuradas y los murmuros eran abrumadores, se sentía curioso, ido y sofocado. Caminó lo más que pudo entre las personas, mareándose de tantos olores en el camino, subió las escaleras al final del pasillo de la estación y poco a poco notó el atardecer del lugar.

Lo que más lo sorprendió fueron las luces de la gran ciudad y montones de edificios gigantescos y pintorescos, había música en varias partes y personas con vestimentas bastantes... Extrañas, por así decirlo.

—¡Te ves bien en ese cosplay de la era antigua, amigo! —una chica rubia le gritó al pasar por su lado, lanzando una sonrisa genuina.

¿Cosplay? ¿Era antigua? ¿Su amigo? ¡Qué lugar era este! ¿Acaso había viajado al futuro? Se sentía tan perdido y fuera de lugar, se ganó muchas miradas, no sabía dónde se hallaba y sintió su corazón latir con miedo. La ansiedad lo comía y trataba de buscar a alguien que lo ayudara a ubicarse.

The Crown / Genmui Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora