Habían improvisado un picnic en el balcón de su departamento, una manta blanca y acolchada estaba tendida en el suelo, dos copas de vino tinto, una tabla de quesos y fiambres, más algunos bombones. Eran aproximadamente las cinco de la tarde, estaban próximos a nochebuena, se sentía ansioso mientras se sentaba en el suelo.
El frío del invierno se cuela pero no le hace tanto efecto, llevaba una chaqueta gruesa de Genya consigo y unos pantalones deportivos de algodón grueso, sin contar sus calcetines afelpados de orejitas que hacían juego con los de su alfa.
Sonríe cuando Genya se sienta a su lado y pasa uno de sus brazos tras su hombro para acercarlo a su pecho, dándole un beso corto en sus labios, el alfa vestía una camisa de mangas cortas en negro, pantalones de chandal y medias blancas de orejitas.
—¿Te sientes mejor, cariño? Después de tus días de celo te has vuelto un poco más mimoso —le dice divertido, mirándole cuando le hace un mohín.
—Hmp, después no te quejes si me vuelvo más frío ¿uh? —le reprocha con la voz de fingida molestia.
—Mejor brindemos, Muichiro, esta cita en casa tiene que ser muy romántica —se separa suavemente del agarre para tomar las copas, sentándose frente a su novio le hace indicación de chocar el cristal con el contrario— ¡salud por nosotros!
—¡Salud! —choca suavemente su copa con la de su alfa y toma un sorbo, está complacido por el sabor del vino y se atreve a darle un beso a su mayor— te acordaste que adoro el merlot, gracias por seguir tu cortejo a pesar de estar juntos.
Genya deja su copa a medio tomar a un lado, mirándole con el ceño fruncido y una sonrisa torcida.
—Puede pasar todo el tiempo que quiera, pero mi cortejo durará para toda la vida, te seguiré enamorando así te tenga con muchos cachorros o en el altar —promete, alzando su meñique que es enredado por el pequeño dedito de su omega que le mira encantado, riéndose un poco.
—Eres absurdamente cursi, me gustas mucho... —no le toma prioridad a su picnic, simplemente pasa sus brazos tras la nuca del alfa y lo besa con pasión.
Enredan sus lenguas, jugando con la boca del otro, respirando profundo y jadeando. Moviendo sus labios y sus cabezas a la dirección contraria hasta que sienten que les falta el aire. Se separan, dejando hilos de saliva escurrir por sus mandíbulas.
—Tu también me gustas mucho, eres un omega muy bonito, tan bonito para mí —susurra, dándole un besito esquimal, sacándole risas a su pequeño novio.
Muichiro se recuesta en su cuello, acariciando los brazos musculosos y con pequeñas cicatrices, frunce el ceño al observar las heridas profundas y no se cohibe de pasar sus yemas suavemente, dejando caricias suaves, Genya tenía un cuerpo tonificado y fuerte, aún así se preguntaba qué tanta tortura pudo tener de niño para llegar a tener esas marcas.
—Te amo —es lo que atina a decir, levantando su mirada celeste para chocar con aquellos ojos almendrados violeta.
El alfa acuna entre sus palmas el rostro sonrojado y gordito de su novio, mirándole con intensidad antes de robarle pequeños picos en su puchero, llenándolo de mimos en la calidez de su espacio de amor. Eran jóvenes, y Muichiro muy hermoso, y tenía la maldita suerte de haberlo encontrado.
Estaban profundamente enamorados del contrario, y su enlace gracias a la marca se lo confirmaba, sus mente pensando en una sola cosa que conectaba los latidos fuertes de sus corazones; aquí pertenezco.
—Te amo más, bonito —ya no llevaba la cuenta de cuántos besos se habían dado en ese pequeño trayecto y aún así no le parecían los suficientes.
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The Crown / Genmui Omegaverse.
Fiksi PenggemarMuichiro tendrá un viaje para descubrir quién es, lo que quiere hacer y madurar lejos de casa, se enamorará de Genya, un alfa que le enseñará sobre la vida, lo cruda y bonita que es a la vez, y le quitará la venda de los ojos que lo mantenía cautivo...