/11/ Decisión de última hora

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Habían pasado ya unos cuantos días desde aquella charla con Megumi, por ubicaros en el tiempo de alguna manera.

Mi mente llevaba días dándole vueltas una y otra vez al mismo tema.

Era extraño; había cumplido mi misión en aquel lugar, ¿no? Es decir, ya había solucionado el problema del Mundo Interior con Megumi, por lo que ya podía huir de Jujutsu Kaisen y reanudar la vida que tenía con Kori fuera de allí.

Eso era lo que quería, ¿verdad? Lo que le había dicho a todos que iba a hacer.

Estaba recostada en el tejado más alto de toda la escuela. Sus tejas rojizas atraían el calor que proporcionaba el sol de la tarde, provocando que mis párpados se cerrasen y que estuviera a punto de dormirme.

Otro motivo más para poder poder respirar tranquila era que, por fin, conseguí decidirme sobre qué es lo que haría con mi futuro. Lo que quería era poder cuidar de Kori, así que...

Me iría de Jujutsu Kaisen.

De repente, un escándalo monumental se oyó a lo lejos, provocando mi ceño fruncido al despertarme de mi ensimismamiento. Hoy tampoco podría dormir la siesta.

Abrí los ojos, aún desubicada. Mis pupilas no enfocaban bien la visión tras acabar de despertarme, pero aún así pude apreciar a lo lejos una especie de explosión masiva.

Olía a maldición.

En cuestión de segundos, pude apreciar desde la altura la partida de decenas de hechiceros hacia el lugar de la catástrofe. Incluso iba Gojo a la cabeza, por lo que supuse que sería algo grave.

La bombilla de las ideas se iluminó entonces en mi mente:

"Si están ocupados en atender la maldición, no repararán en pensar si falto o no; es el momento ideal para escapar."

Claro estaba que, aunque lo negasen, todos estaban ya al tanto de mi poder casi comparable al de Gojo (sí; desgraciadamente, iba un escalón por encima mía). Por lo que no dudarían en echarme en falta si el enemigo era fuerte.

"Me tengo que ir ya."

Cogí impulso desde el tejado para pegar un buen salto, atravesando una parte del bosque de una sola zancada. Me detuve un momento en el suelo para comprobar si me seguían, pero nada. Estaban lejos; tan solo se oían golpes bruscos y más explosiones.

No pensaba volver, pero tampoco deseaba que los hechiceros perdieran, así que... les mandaría mi apoyo desde donde me encontraba.

Llevaba ya un rato corriendo cuando, de repente, me tuve que detener. Una visión del futuro próximo había aparecido ante mis ojos.

Fue la segunda vez en todo el tiempo que llevaba con Gojo que pude aplicar mi habilidad en él.

Según la revelación, el albino vendría haciendo uso de su velocidad ultrasónica para llevarme consigo a la batalla.

No tenía mucho tiempo, pero conseguí frenar su intento lanzándole una bola masiva de energía maldita destructiva. Salió despedido y se chocó con el árbol de atrás, aunque se levantó al instante.

Suspiré; ¿cuántas peleas iba a tener con el mismo hombre?

—¿A dónde ibas? —Preguntó con su sonrisa indiferente de siempre—. La pelea está para el otro lado, bobalicona.

—¿Qué pelea? —Ladeé la cabeza. El otro se rió.

—No intentes jugar conmigo. ¿Qué te traes ahora entre manos?

—He ganado la apuesta. Quiero mi gatito, Gojo. Ya te diré la dirección para que me lo lleves.

Extraño; su sonrisa habitual se disipó levemente.

—¿No te ha gustado Jujutsu Kaisen? —Me lo pensé, pero acabé negando con la cabeza—. Vaya...

—¿Qué ocurre?

—Nada... —Dijo cabizbajo, mientras pateaba una piedra—. Es que el director y los otros profesores apostaban porque no te quedarías aquí y tendríamos problemas contigo, y yo dije que conseguiría que cambiases de idea. Quería hacer que te gustara y te quedases por tu elección, que te lo pasases bien.

Algo en sus palabras hizo esbozar una sonrisa sincera pues. Honestamente me había encariñado un poco con él, y sería de lo poco que echase de menos cuando no lo tuviera a mi lado.

No sé cómo lo hizo pero, por un momento, hizo que me entrase la duda.

"¿De verdad que no me podía quedar... Con él?"

Pero justo después recordé a Kori. La única persona por la cual hubiese dado mi vida en aquel momento.

Así que la respuesta seguía siendo la misma.

Y me daba pena, pero ya estaba decidido. No me iba a aguantar porque el albino me hubiese puesto cara de cachorrito.

—Bueno, tampoco te desanimes. Seguro que consigues convencer a otra persona para que se quede en esta secta de mierda. En fin, nos vemos...

—¿Cómo? No te puedes ir.

—¿Cómo dices?

—A ver... —Carraspeó—. Yo quería tenerte aquí por las buenas, mientras que a los demás les daba igual si era por las malas. Si no quieres por las buenas, tendré que llevarte hasta Jujutsu aunque sea a rastras.

—Me hace mucha gracia lo mucho que os creéis dentro de esta puta escuela —reí con impaciencia—. ¿Sabes qué? No me has caído mal nunca. Del todo. Así que no usaré toda mi energía contigo, sino la mitad.

—¡Me muero del mied-!

No tenéis ni idea de lo satisfactorio que fue cortarle la frase sarcástica de un golpe seco y poderoso. La sensación de alivio tras haber usado toda la energía que me había sido posible era devastadora.

Utilicé más energía de la cuenta en el último minuto ya que, siendo Gojo el contrincante, la mitad de mi poder no hubiese sido suficiente.

Un golpe brusco fue atestado por mi parte contra su cuello, generando tal impacto de energía que salió disparado hacia el aire y bien lejos de donde estaba.

Tal vez le llegué a romper el cuello.

Intenté buscar un futuro cercano relativo a su persona, pero no pude. Era una lástima, pero así sería la despedida entre Satoru Gojo y yo.

Pero tampoco es que me arrepintiese de nada...

¿Verdad?

IMÁN DE CAOS ☯~Gojo x tú~☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora