/6/ Última oportunidad

148 20 70
                                    

Como siempre, el dichoso ruido de la puerta de metal interrumpió la parte más interesante de mi sueño. Abrí los ojos, somnolienta, y pude comprobar que esta vez no había ningún cristal que me separara de aquellos médicos que revisaban las mismas pantallas una y otra vez.

Gojo y Masamichi fueron los que atravesaron la puerta anteriormente, y a continuación, solicitaron a los médicos que abandonaran la sala hasta que se les indicase. Miré a Satoru; llevaba unas gafas de sol en vez de la venda de siempre, y me miraba con indeferencia, sin perder su cálida sonrisa natural.

—¿Qué tal has dormido? —Me preguntó el director. Bostecé antes de contestar.

—Tengo la sensación de haber dormido mucho.

—Y no es para menos —intervino el albino—. Son las ocho de la tarde; has dormido casi veinte horas seguidas.

—Debe ser por el asco de pincho que me clavasteis en la nuca la vez anterior —le espeté.

El director miraba a Gojo con represalia, y el otro tan solo hacía como que no tenía ni idea de lo que decía.

—Queremos ofrecerte una propuesta para librarte de tus... problemillas en el bosque. Satoru ha tenido una idea extraordinaria mientras dormías.

—¿Y bien? —Pregunté desconfiada. No me fiaba un pelo de aquel hombre, aunque me hubiera rescatado la noche anterior.

—Verás, Hoshikawa... pocas veces me pasa, pero he podido comprobar que eres una hechicera muy poderosa. No tanto como yo, claro está...

—No tienes ni idea de nada —le espeté con una risa condescendiente.

—Tal vez —me ignoró—, si te convirtieses en instructora como yo, podrías librarte de todos los líos en los que te has metido recientemente. ¿Qué te parecería?  Masamichi quería que empezases una buena vida desde cero en Jujutsu, pero de esta manera no se la ofrecen a todo el mundo...

Me tomé mi tiempo para recapacitar. Odiaba aquel lugar. Solo veía un verdadero punto positivo: hallar el paradero de Megumi Fushiguro. Por lo demás, tan solo me traía malos recuerdos que alimentaban mi mal genio maldito. Todo lo que me hicieron...

—Yoshinobu ya no está —me leyó el pensamiento el director—. Ya no hay nadie más que quiera hacerte daño aquí.

Algo en sus palabras estuvo a punto de hacerme derramar una lágrima, reflejo de todo el dolor que llevaba dentro, como si, tal vez, ahora se fuese a ir. Pero no sabía si eso de verdad iba a pasar. No sabía si aquel nuevo Jujutsu iba a sanar la herida, tal y como Masamichi prometía.

Echa un lío, suspiré.

—Supongo que no tengo otra opción, ¿verdad?

—Lo dudo mucho —dijo Gojo de manera directa.

Resoplé, llevándome las manos a la cara y restregándolas hacia abajo, como símbolo de desesperación. "No me queda otra que aceptar. Buscaré al niño del Mundo Interior y me largaré", pensé.

—De acuerdo —admití. Los otros dos, en especial el director, expresaron al instante una cara de entusiasmo digna de un niño de diez años—. Pero os advierto de que, si no me agrada, lo dejaré, y no me importarán lo más mínimo los problemas legales en los que queráis involucrarme. Los que saldréis perdiendo seréis vosotros, porque ya si que no tendré ningún tipo de piedad.

El director se acercó un poco más, dirigiéndose hacia mí con una sonrisa tranquilizadora.

—No te preocupes por eso; te conozco bien, Hoshikawa, y sé que te encantará.

No sé cómo lo hizo, pero sus palabras me volvieron a sentar como una manta calentita en mitad de un temporal invernal. Y cierto es, de eso no cabe duda, que una voz conocida era algo verdaderamente tranquilizador tras llevar un tiempo viviendo sola.

IMÁN DE CAOS ☯~Gojo x tú~☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora