/13/ Sesión de control

117 16 72
                                    

Llevaba trabajando como instructora de hechicería haría cosa de una semana.

El director Masamichi se puso muy contento cuando se enteró de mi decisión final, a diferencia de Nanami, aunque pude leer en su mente que daba gracias a Dios porque no hubiese tenido que enfrentarme a Gojo y desatar una catástrofe en los alrededores de la escuela.

La jornada de clases ya había llegado a su fin. Los alumnos se retiraron a descansar y los profesores se dispusieron a marcharse a sus hogares para lo mismo.

Sin embargo, yo me encontraba viajando con Satoru a través de un portal teletransportador que él mismo había creado. No me había querido decir a dónde íbamos, y lo único que sabía era que iba a recibir mi primera clase de control de la Maldición.

Al fin el viaje finalizó.

Aparecimos en un descampado. No tenía apenas vegetación; tan solo un suelo de hierbajos. Detecté almas viajar en dos sentidos en concreto a una gran velocidad, a un kilómetro de nosotros aproximadamente. Supuse que allí habría una autopista.

—Bien, Takara —comenzó Gojo—. Para la primera lección sobre cómo controlar tu poder, he traído este muñeco maldito. Con tu poder maldito continuamente activado, no se moverá, por lo que queremos causar el efecto contrario. Quiero que venga a atacarte. Hasta que no lo consigas, no superarás la prueba. Bien, ¡allá vamos!

Satoru colocó el muñeco en el suelo para activarlo. Sin embargo, no me dio tiempo a apagar mi energía cuando el peluche ya la había detectado. Fue extraño; no permaneció inmóvil. Suponiendo que el motivo había sido lo intimidante que era mi energía destructiva, salió corriendo por patas en dirección opuesta a la mía, pegando chillidos hasta arrancarse la cabeza por sí mismo.

Sí, se había suicidado. Un putísimo muñeco se había suicidado por mi muestra de poder. No hubiese sido una imagen muy agradable para un niño pequeño, la verdad.

Gojo estaba boquiabierto. Sus cejas arqueadas por la impresión se asomaban por encima de la venda que cubría sus ojos; sus manos, completamente paralizadas por el shock, habían dejado caer la lata de refresco que antes tomaba.

—¡Te lo has cargado...! —Dijo sin salir de su asombro.

—¡No es mi culpa! —Me excusé—. Se ha matado él solito.

—Masamichi me va a pegar.

—¿No tienes más?

—No —dijo, pateando el suelo con desgana—. Has jodido la clase. A ver, ¿qué hacemos ahora...?

Se llevó la mano al mentón, pensativo.

Estaba por irme por mi cuenta y pasar olímpicamente de él cuando mi cuerpo se detuvo en seco; mi sentido maldito detectó una fuente de energía maldita a lo lejos. Se aproximaba cada vez más a nosotros a velocidad alarmante.

—¿No huele como a... Quemado?

De repente, una visión alertante del futuro cercano apareció en mi cerebro: lo que parecía ser una maldición desprendiente de fuego estaría a punto de aterrizar sobre la cabeza de Satoru.

—Gojo, ¡cuidado!

El albino no tuvo tiempo de reaccionar, y aquel horrendo monstruo que parecía un Pou con apariencia de volcán se estampó contra su persona.

Había olvidado por un momento la existencia del ritual del infinito, por lo que Satoru no sufrió ningún daño. De hecho, parecía importarle bien poco la presencia del volcán con cara.

—¡Bien! —Exclamó Gojo al verlo—. Ya tenemos nuevo muñeco.

—¿Qué mierda estás diciendo, Satoru Gojo? —Dijo el otro furioso.

IMÁN DE CAOS ☯~Gojo x tú~☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora