Suena el timbre del celular anunciando la segunda llamada en menos de un minuto. María pensó en alcanzarlo, pero sus dos manos estaban ocupadas preparando su receta especial de pan. Le relajaba cocinar y siempre que podía evitaba comprar cocinándolo ella misma a su gusto colocándole aceitunas, orégano y todo lo que se le ocurría.
Nuevamente el celular comenzó a bailar sobre la mesa <<¿Quién será?>> se preguntó. Dejó la masa a un lado, se lavó las manos y revisó la llamada. "Mónica hija de Carla" decía el aviso de llamada.
Su extrañeza no se hizo esperar. Hace un poco más de un año que no habla con ella. Fue para una sesión de tarot y meditación que se hizo en la casa de la señora Flora, una amiga de la abuela de Mónica y fue quien justamente la invito recomendándola a sus amigas. Los buenos recuerdos de esa tarde la llevaron a pensar en que podría ser una nueva invitación a una reunión, idea que le agradó.
Con Mónica no eran cercanas, pero se comunicaban bien cuando se encontraban en alguna actividad o cuando intercambiaban ideas en alguna red social. Se conocieron hace trece años en una reunión que hizo la señora Érica, vecina de la abuela de Mónica, quien la presento como "la mujer especial" de las cartas, piedras, péndulo y todo lo relacionado. La confianza puesta en ella hizo que tuviera una gran lista de personas que la buscaban cada vez que querían saber de su futuro, alguna recomendación o tener un consejo.
A María le gustaba participar en todo grupo que tenía por finalidad lo espiritual, rituales, naturaleza, misterio, magia. Sus gustos eran variados y su capacidad de ver y sentir cosas era avalada por varias personas. Ella fue la que recomendó a Mónica y Gabriela entrar en el grupo de meditación para que abrieran sus mentes y formas de ver las cosas más allá de la religión en la cual creían. Y de paso, ahí mismo hicieron amigos en común, uno de ellos fue Marcos y en parte Javier.
Marcos y María eran buenos amigos desde niños. En esa época infantil conocieron a Javier y a Mario que es el hijo de la señora Érica. Los cuatro se hicieron muy unidos hasta que Mario se fue a vivir a España. Cuando viajó le pidió a María que estuviera atenta de su madre, que aunque tenía el apoyo de sus vecinas y en especial de la abuela de Mónica, se quedaba sin familiares cercanos y siempre un apoyo extra no es mal considerado. En ese tiempo fue cuando conoció a la señora Marcela que era muy amiga de la señora Érica. De inmediato encajó muy bien en el grupo, sobre todo en las reuniones donde el tarot y conversaciones de diferentes temas de creencias varias las hacían muy amenas.
Cinco años después de que se fuera su hijo la señora Érica comenzó con problemas de salud, por lo que Mario tomó la decisión y la convenció de viajar ese mismo año para que estuviera con él en España. No volvió más.
Sin duda el mayor acercamiento entre María y Mónica fue cuando la llamó para que intentara comunicarse con su abuelo en el aniversario de su fallecimiento. Se había incrustado en su abuela la insistente idea de comunicarse con su amado. Los comentarios de Mónica de que era posible la terminaron por convencer, y para algo tan personal y emocional ambas coincidieron que ella la persona indicada.
María se sintió alagada por cómo se lo pidió, sin embargo dudo y solo por el cariño que le tenía a su abuela acepto. El temor se enraizó al situarse en el caso de no poder tener contacto. Eso hizo que comenzara a tener no solo una presión profesional, sino que además una emocional muy fuerte que fue creciendo cuando le aviso que confirmaba su asistencia. Se dio cuenta de eso y temía que ese sentimiento la bloqueara. No quería desilusionarlas dado el gran deseo que tenían de establecer comunicación. María no era timadora, sin embargo sabía de la utilización en algunos casos — exageradamente constante por algunos — de cosillas en que se busca quedar bien con los clientes, buscando y encontrando respuestas donde no las hay. María solo lo había hecho en un par de ocasiones, pero esta vez ni siquiera debía ser una opción.
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Sugestión
ParanormalCuatro amigos en forma independiente comienzan a percibir cosas que ponen en tela de juicio su racionalidad. En un comienzo bromean culpando a un viejo juego de infancia con el cual se divirtieron días antes de que todo empezara, y en especial a lo...