"Historias en el Camino"

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Capitulo 6

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El sol apenas comenzaba a filtrarse a través de las persianas de la habitación cuando Giyuu se despertó. El silencio en la finca era casi absoluto, solo roto por el suave canto de los pájaros que saludaban el nuevo día. Al estirarse, sus pensamientos volvieron a centrarse en su pequeña responsabilidad: Sanemi. Se levantó de la cama y caminó en silencio hasta la habitación contigua, donde Sanemi aún dormía, el niño se había movido tanto que las mantas estaban desordenadas y su cuerpo estaba de forma desprolija sobre la cama de giyuu.

Giyuu lo observó por un momento, reflexionando sobre la inesperada situación en la que se encontraba. Cuidar de Sanemi no era algo que hubiera anticipado, y mucho menos de un Sanemi convertido en niño, despojado de sus recuerdos de adulto y con una inocencia que contrastaba profundamente con la imagen del Pilar del Viento que él conocía.

Con un suspiro suave, se apartó y comenzó su rutina matutina. Mientras preparaba el desayuno, se dio cuenta de que la comida que había en la despensa no sería suficiente para alimentar a ambos durante la semana, dado a que el no consumía muchos alimentos. Debería ir al mercado para comprar provisiones. Consideró brevemente la posibilidad de dejar a Sanemi en la finca, pero rápidamente desechó la idea. El niño necesitaba la seguridad de su presencia, especialmente después de la confusión de los últimos días. Además, llevarlo al mercado podría ofrecerle una distracción y ayudarlo a adaptarse a esta nueva rutina.

Cuando Giyuu volvió a la habitación de Sanemi, lo encontró ya despierto, sentado en la cama con la mirada perdida en la ventana mientras intentaba abrir completamente sus ojos. Parecía estar sumido en sus pensamientos, pero cuando notó la presencia de Giyuu, sus ojos brillaron con un destello de alivio.

"Buenos días, shinasugawa," lo saludó Giyuu con su tono habitual, tranquilo y sereno.

"Buenos días," respondió Sanemi, su voz aún débil por el sueño. Sus ojos vagaron por la habitación, como si tratara de acostumbrarse a este entorno que aún le resultaba nuevo. "¿Qué vamos a hacer hoy?"

Giyuu se sentó a su lado, notando la incertidumbre en la pregunta del niño. "Hoy iremos al mercado. Necesitamos más comida para la semana. ¿Te gustaría acompañarme?"

Sanemi parpadeó, como si la idea de salir al mercado no hubiera cruzado por su mente. Sin embargo, después de un momento de duda, asintió lentamente. "Sí... quiero ir contigo."

El mercado estaba a una distancia razonable, lo suficiente para hacer que el paseo fuera agradable sin ser agotador. Tras un desayuno rápido y sencillo, Giyuu y Sanemi salieron de la finca y comenzaron su camino hacia el pueblo. El día estaba despejado, con una ligera brisa que hacía que las hojas de los árboles susurraran a su paso.

Al principio, caminaron en silencio. Sanemi mantenía un paso firme a la par de Giyuu, observando el paisaje con una mezcla de curiosidad y cautela. No estaba acostumbrado a la calma que ahora lo rodeaba, y cada sonido parecía captar su atención. Giyuu, por su parte, estaba contento de que el niño se sintiera lo suficientemente cómodo como para caminar a su lado sin necesidad de aferrarse a él. Aun así, permanecía atento, listo para intervenir si Sanemi mostraba alguna señal de inquietud.

Después de un rato, Sanemi rompió el silencio, su voz pequeña pero clara. "Giyuu-san... ¿Tú sabes algo de mi familia?"

La pregunta hizo que Giyuu se detuviera por un instante, sus ojos azules mirando al niño que lo miraba con expectativa. Sanemi conservaba algunos de sus recuerdos de infancia, pero sin duda, la confusión sobre su pasado y su familia persistía. Giyuu sabía que no podía ofrecerle respuestas satisfactorias sin revelarle cosas que probablemente no estaría listo para entender.

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