"El Niño en la Sede"

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Capitulo 2

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El viaje de regreso a la sede de los cazadores fue silencioso, con Tomioka llevando a Sanemi en sus brazos, quien había caído en un profundo sueño. La visión de Sanemi reducido a la niñez era desconcertante; ese feroz pilar que siempre había sido una fuerza de la naturaleza, ahora era un niño pequeño, vulnerable y frágil.

Cuando llegaron a la sede, Tomioka fue recibido por otros cazadores que se sorprendieron al ver la situación. No hubo necesidad de explicaciones; la expresión en el rostro de Tomioka decía más que mil palabras. Pronto, Sanemi fue colocado en una cama en una habitación apartada, y varios de los pilares comenzaron a analizar su situación.

Tomioka escuchaba atentamente, aunque su mente estaba concentrada en aquel demonio responsable de esto. Quería salir en ese mismo momento y cazarlo, pero sabía que no quería dejar a Sanemi solo en este estado.

Cuando las discusión entre pilares termino, tomioka se levantó de su sitio y se dirijo a la habitación de sanemi, al abrir la puerta, el ruido de esta despertó al pequeño que dormía.

Sanemi despertó, y sus ojos reflejaban un miedo que no había sentido en años "¿Dónde... está mi mamá?.... ¿Y mi hermano?" buscó con la mirada por toda la habitación, pero era en vano, no había nadie allí que el conociera.

Tomioka se acercó y se sentó junto a la cama. "Estás a salvo, Shinasugawa. Aquí no te sucedera nada malo."

Sanemi, aún atrapado en un mundo de desconcierto, se aferró a la manga del haori de Tomioka, como un niño que busca consuelo en la oscuridad. "D-donde está Genya" susurró.

Tomioka sintió una opresión en el pecho. Sanemi siempre había sido fuerte, siempre había enfrentado cualquier desafío con fiereza, pero ahora estaba reducido a un niño asustado, despojado de toda esa fortaleza exterior.

"Yo voy a quedarme contigo por ahora..." prometió Tomioka, colocando una mano reconfortante en la cabeza de Sanemi. "No te dejaré solo, te lo prometo."

Los demás pilares que habían llegado al oir la voz de sanemi, observaban en silencio la interacción de esos dos, creían que como ellos se odiaban a tal punto de no soportar verse, tomioka no estaría dispuesto a cuidar del ahora pequeño sanemi, pero la escena ante sus ojos les demostraba lo contrario.

Los cazadores que observaban desde la distancia sabían que lo que estaban viendo era algo único: la vulnerabilidad del pilar del viento en manos del pilar del agua, y la promesa silenciosa de que, no importa lo que viniera, Giyuu haría todo lo posible para proteger a Sanemi.

Mientras la noche avanzaba, Tomioka permaneció junto a Sanemi, los demás se habían retirado hace ya varios minutos, dejando solamente a tomioka a cargo de la vigilancia del pequeño mientras su mente trabajaba pensando en cómo revertir lo que había sucedido. Sabía que encontrar y eliminar al demonio era crucial, pero también tenía que asegurarse de que Sanemi pudiera volver a ser quien era.

La batalla contra el demonio los había dejado con un caso bastante complejo, pero también había revelado una verdad: Sanemi, aunque fuerte y feroz, también tenía un corazón que había soportado más de lo que cualquier niño debería. Y ahora, en su forma infantil, ese corazón necesitaba toda la protección que Tomioka pudiera ofrecer.

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Saludos...

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