Capitulo 13
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Ligeros rayos de sol se filtraban a través de las ventanas cuando Giyuu abrió los ojos después de una breve siesta. La tensión de la noche anterior aún pesaba sobre él, pero la ligera pausa le había permitido recuperar un poco de claridad mental. Sentía la necesidad de aliviar el estrés acumulado y decidió que un baño era la mejor opción.
Con pasos firmes, Giyuu se dirigió al baño. El agua caliente fluyó sobre su cuerpo, llevándose consigo el peso de las preocupaciones y el cansancio. Durante esos minutos en la ducha, dejó que su mente se despejara, enfocándose solo en la sensación del agua contra su piel. El silencio y la tranquilidad eran un respiro bienvenido en medio del enredo que había sido su vida últimamente.
Después de su ducha, Giyuu se colocó una bata ligera y caminó hacia su habitación. Aunque ahora era el lugar donde Sanemi dormía, seguía siendo el sitio donde guardaba su ropa y pertenencias. Abrió la puerta con cuidado, notando que la luz del amanecer se filtraba tenuemente por las ventanas.
Al entrar, se dirigió directamente al armario, buscando una muda de ropa limpia. Sin embargo, mientras seleccionaba las prendas, se percató de que Sanemi se estaba despertando. No dijo nada, permitiéndole al niño que tomara su tiempo para despabilarse. Notó de reojo cómo Sanemi lo observaba desde la cama, pero no quiso incomodarlo, así que continuó en silencio con su búsqueda.
Finalmente, con las prendas en mano, Giyuu se giró para salir de la habitación. Pero antes de que pudiera hacerlo, Sanemi, en voz baja, le dio los buenos días. Giyuu se detuvo y le devolvió el saludo, con su calma habitual.
"Buenos días," dijo suavemente, con una leve inclinación de cabeza. Luego, sin más palabras, salió de la habitación para cambiarse en un espacio más privado.
Mientras se vestía, Giyuu no podía dejar de pensar en Sanemi. Había algo distinto en él, algo que no se limitaba solo a su apariencia física. Desde su crecimiento repentino, Sanemi parecía más distante, como si una barrera invisible se hubiera levantado entre ellos. Era un cambio sutil, pero Giyuu, siempre perceptivo, lo había notado. Sin embargo, decidió no darle demasiada importancia en ese momento, ya que tenían asuntos más urgentes que atender.
Una vez vestido, Giyuu regresó a la habitación de Sanemi. El niño estaba sentado en la cama, aparentemente perdido en sus pensamientos. Giyuu se acercó despacio y le habló con suavidad.
"Shinasugawa," comenzó, tratando de captar su atención. "Necesitamos ir al pueblo a buscarte ropa nueva. La que tienes ahora ya te queda pequeña."
Sanemi levantó la vista y asintió, soltando un "está bien" pero su rostro no mostró ninguna emoción. Esa falta de reacción preocupó a Giyuu, aunque intentó no demostrarlo. Simplemente lo tomó como una señal de que Sanemi estaba aún adaptándose a su situación.
"¿Quieres comer algo antes de salir?" preguntó Giyuu, esperando que tal vez el hambre despertara un poco el ánimo del chico.
Pero Sanemi negó con la cabeza, rechazando la oferta con un gesto silencioso. Giyuu aceptó la respuesta, aunque sintió una punzada de preocupación. No insistió, sabiendo que presionarlo solo podría empeorar las cosas.
"Está bien," respondió Giyuu con calma. "Saldremos de inmediato, entonces."
Giyuu ayudó a Sanemi a prepararse, dándose cuenta de lo incómoda que se veía la ropa del niño. Era la misma que había usado el día anterior, y aunque esta cumplía su propósito, claramente ya no le quedaba bien. Antes de salir, Giyuu tomó su haori y lo colocó sobre los hombros de Sanemi. La prenda era bastante grande para él, pero al menos le brindaría algo de protección y comodidad en el camino.
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"Cuidándote"
Fanfic•Sanemi es afectado por la técnica de sangre de un demonio. •Tomioka papá luchón. •Sanemi chiquito. •Sentimientos extraños.