La primera luz del amanecer se filtró a través de los arboles, difusa y tenue, disipando gradualmente la oscuridad de la noche. Alex despertó con una sensación de pesadez en el pecho, como si la inquietud de la noche anterior aún lo persiguiera. Zoe seguía dormida a su lado y Lucas estaba en un profundo sueño, con su rostro relajado afuera de la tienda de a campar sentado en un tronco.
Alex se levantó con cuidado, intentando no hacer ruido para no despertar a los demás. La lluvia había cesado por completo, dejando el campamento envuelto en una tranquilidad engañosa. El suelo estaba cubierto de charcos y barro, pero el cielo se despejaba lentamente, prometiendo un día más claro.
Se estiró, tratando de deshacerse del cansancio. El aire fresco y húmedo le hizo bien, y mientras caminaba por el campamento, notó que otros estudiantes también comenzaban a salir de sus tiendas, luciendo cansados pero aliviados al ver que la tormenta se había calmado.
Un tiempo después, el grupo de Alex se reunió cerca de la fogata, donde el profesor Callahan aún no había aparecido. La preocupación de anoche todavía pesaba sobre ellos.
— ¿Algún signo del profesor o de Tomás? —preguntó Alex a Lucas, que se había unido a él mientras observaban el campamento.
—Nada. Aún no hemos visto al profesor -respondió Lucas. — Aunque los teléfonos siguen sin señal, así que no podemos contactar con él.
Erick se unió al grupo, con una expresión de preocupación en su rostro.
—Deberíamos organizar una búsqueda para encontrar a Tomás. La mañana está despejada, y es mejor hacer algo en lugar de esperar sin saber.
Alex asintió, reconociendo la necesidad de actuar.
—Estoy de acuerdo. Vamos a buscar a los demás, pero debemos mantenernos juntos. No sabemos qué más puede haber en este bosque.
Zoe, escuchando el bullicio, se unió al grupo.
—¿Qué pasó? —preguntó, estirándose mientras se incorporaba.
—Vamos a buscar a Tomás —respondió Alex. —Prepárate para salir.
Con el grupo decidido a buscar a Tomás, comenzaron a prepararse. Mientras organizaban sus cosas, Luna apareció, habiendo escuchado la conversación.
—¿Puedo ir con ustedes? —preguntó Luna, su tono era serio. —No quiero estar aquí sin saber qué está pasando.
Alex y Lucas se miraron, asintiendo en silencio. Era evidente que el grupo necesitaba estar completo para abordar la búsqueda.
Mientras se adentraban en el bosque, el ambiente parecía más calmado que la noche anterior. Los rayos del sol se filtraban entre las ramas, iluminando el sendero y proporcionando una sensación de esperanza. Sin embargo, el misterio de la sombra observada la noche anterior aún pesaba sobre Alex, su mente se mantenía alerta.
El grupo caminó durante un tiempo, explorando áreas cercanas al campamento. Las ruinas, que habían sido su destino el día anterior, parecían más ominosas bajo la luz del día, su estructura antigua y desmoronada lanzando sombras inquietantes.
Al llegar a un claro donde habían encontrado la entrada oculta el día anterior, el grupo decidió dividirse en dos equipos para cubrir más terreno. Alex y Zoe se unieron a Lucas, mientras que Erick, Luna y un grupo de otros estudiantes se dirigieron en dirección opuesta.
—Recuerden, manténganse en contacto y no se alejen demasiado —advirtió Alex antes de separarse.
El grupo de Alex avanzó con cuidado, revisando cada rincón y llamando a Tomás mientras se movían. La sensación de ser observados parecía intensificarse, y cada crujido en el bosque hacía que el grupo se detuviera y escuchara con atención.
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Rostros Robados
DiversosUn grupo de estudiantes universitarios se embarca en una aventura de campamento, buscando una escapada de la rutina académica. Pero lo que comienza como una experiencia de unión y diversión se convierte rápidamente en una pesadilla cuando un oscuro...