Rostros Robados

38: Últimas Piezas

La cabaña estaba envuelta en una atmósfera cargada de tensión. Las llamas del fuego crepitaban en la chimenea, proyectando sombras inquietantes en las paredes de madera. Elías, con una expresión de determinación, se puso de pie en el centro de la habitación, intentando captar la atención de todos los presentes.

—Escuchen, por favor —dijo Elías, con voz tensa. —Necesito hablarles sobre lo que hemos encontrado. Creemos que "Él" es una entidad cuya influencia está afectando todo lo que está pasando aquí.

Las palabras de Elías hicieron que el grupo se estremeciera. Sara dio un paso al frente.

—¿Qué debemos hacer? —preguntó, su voz temblando levemente.

Elías se acercó a la mesa en el centro de la cabaña, donde se encontraban esparcidos varios documentos y libros. Su mirada se volvió seria mientras organizaba los papeles.

—Nos vamos a dividir en grupos. Cada grupo se encargará de una tarea específica para reunir toda la información posible sobre "Él". Aunque no sabemos mucho, cualquier dato adicional podría ser crucial para entender cómo salir de aquí o detenerlo.

Alex y Lucas intercambiaron miradas de determinación mientras Elías continuaba.

—Alex, Zoe, Luna y Lucas —dijo Elías, señalándolos. —Su grupo se encargará de examinar este libro que apareció en mi cabaña. Estudien cada página con atención.

—No dejaremos nada sin revisar —aseguró Lucas, tomando el libro con una expresión decidida.

Elías se volvió hacia el siguiente grupo.

—Clara, Felipe, Marcos y Valeria, ustedes se centrarán en los libros de mitología que traje. Busquen cualquier referencia a "Él" en otras culturas, religiones o rituales que puedan estar relacionados con su influencia. Cualquier detalle puede ser útil.

Elías se dirigió hacia Daniel, Samuel, Aiden, Ethan y Javier.

—Daniel, Samuel, Aiden, Ethan y Javier —dijo—, su tarea será revisar el diario de Liam Smith. Sabemos que contiene relatos y detalles importantes. Busquen cualquier pista adicional que pueda ayudarnos a entender lo que está ocurriendo.

Samuel tomó el diario, abriendo las páginas con una mezcla de respeto y cautela.

—Revisaremos cada página minuciosamente. Puede haber algo que hayamos pasado por alto —dijo Samuel mientras se preparaba para leer con el grupo.

Finalmente, Elías se dirigió al último grupo.

—Sara, Erick, Violet y Daniel, ustedes se encargarán de las páginas arrancadas. Armarán las piezas y tratarán de entender lo que dicen.

Daniel y los otros comenzaron a organizar las páginas desordenadas, preparándose para su tarea.

Elías se detuvo un momento, mirando a cada uno de los estudiantes con seriedad.

—No sabemos exactamente qué estamos enfrentando, pero tenemos que estar preparados para cualquier cosa. Cada pieza de información que encuentren podría ser crucial para nuestra supervivencia.

La noche había avanzado, y la madrugada se había instalado, trayendo consigo un cansancio profundo a todos.

Alex hojeaba las páginas del libro misterioso, su mirada fatigada recorriendo los textos en busca de algo significativo. Zoe, a su lado, estaba igualmente inmersa en el libro, pero su expresión reflejaba desánimo. Luna, con la cabeza apoyada sobre la mesa, intentaba mantenerse despierta, y Lucas, aunque menos cansado, no podía ocultar su frustración.

—Esto no tiene sentido —dijo Zoe, pasándose una mano por la cara. —Hemos leído cada página y no encontramos nada que se refiera a "Él" directamente, solo pequeñas menciones.