💛😈[Los Nuevos Semidioses]😈💛Agosto Mpreg.

💛[Romper fuente]😈

Se les conoce como "La Triple Diosa", y tienen diferentes nombres en diversas mitologías. En la mitología nórdica son las Nornas (Urth, Verthandi y Skuld); en la griega, las Moiras (Cloto, Láquesis y Átropos); y en la romana, las Parcas (Nona, Decuma y Morta). Estas deidades gobiernan el hilo de la vida, determinando el destino de cada ser y eligiendo el momento preciso para su fin.

Conforman una entidad única, imposible de desafiar o engañar.

En su diminuto aunque extenso dominio, tres hermanas custodian un colosal caldero que semeja un espejo fragmentado, a través del cual se pueden observar dos reinos distintos. Estos reinos no son otros que la Ensoñación y el Infierno, cada uno con sus propias maravillas y horrores.

—Parece que los dos embarazos progresan favorablemente —comentó la hermana Doncella, agitando su cuchara para alterar la perspectiva del caldero.

—Ignoran por completo la posibilidad de que ambos bebés nazcan simultáneamente —murmuró la Anciana con desdén—. ¿Acaso no podemos informarles?

—Conoces bien nuestras normas, hermana —replicó la Madre con serenidad—. Ellos lo descubrirán cuando sea el momento adecuado.

Un giro de ojos es la respuesta de su hermana mayor al darse cuenta de que algo inusual sucede en el caldero. Las tres hermanas observan el espejo con una mezcla de seriedad y asombro.

—Hermanas... —comienza una, mientras las otras dos esperan con anticipación. La tensión es palpable; algo mágico está a punto de ocurrir.

La Doncella se quedó boquiabierta ante la perspectiva del caldero. La Madre y la Anciana observaban simultáneamente a su contraparte joven y al caldero.

—Ha llegado la hora.

Sin demora, la Doncella, la Madre y la Anciana tenían sus hilos alineados, preparados para el instante decisivo.

[💛💛💛]

La escena familiar entre Hob Gadling y los Eternos se congeló cuando un sonido similar al de un chorro de agua de una fuente llenó el aire, algo completamente inesperado ya que la sala del trono de Sueño carecía de tal adorno. La tensión se rompió con la intervención de Delirio, quien formuló una pregunta tan peculiar que desvió la atención de todos.

— ¿Qué pasó, hermano? ¿El baño te quedó lejos?

Las miradas se dirigieron hacia los pies de Sueño, quien se aferraba al brazo de Hob buscando sostén. Gadling también bajó la vista y notó el charco que se extendía bajo ellos, provocando una ola de risas contenidas.

El charco, carente de color y aroma, reveló el secreto al instante. El tiempo señalado había llegado.

La fuente se encontraba rota, anunciando la inminente llegada de la futura princesa de los sueños.

—De acuerdo, ha llegado el momento —declaró Gadling—. Es hora de convocar a Muerte; el parto se realizará en la habitación.

La respuesta fue inmediata. Destino abrió su libro y murmuró unas palabras incomprensibles, mientras Hob, Desespero y Delirio acompañaban a Sueño hacia la habitación designada para el nacimiento.

Por razones que no podía explicar, todo parecía una carrera contra el tiempo. El terror lo invadía por completo.

Presagiaba un desenlace sombrío.

[😈😈😈]

Lucifer estaba inmerso en la visita de su hermano Azrael, quien había llegado tras enterarse del próximo acontecimiento paterno del monarca. Azrael, en su rol de ángel de la vida y la muerte, tenía la misión de presenciar el nacimiento.

Reconocían sin tapujos que su vínculo fraterno no había sido el ideal y que la condena de Lucifer a las profundidades infernales había sido el punto de quiebre en su relación de hermanos.

—Lucifer, ¿ya te sientes preparado para la paternidad? —pregunta Azrael con su voz suave y delicada, un reflejo de su naturaleza celestial.

—La verdad es que no —responde Lucifer con franqueza—. Todavía dudo si seré un buen compañero. Johanna y yo estamos dando los primeros pasos y, la verdad, me da pánico.

—¿Temes defraudarlos a ambos, verdad? —intenta adivinar, provocando que Lucifer asienta con la cabeza, sintiéndose un poco avergonzado. —Para ser honesto, creo que tienes lo necesario para ser un mejor padre que el nuestro. Siempre he admirado tu rebeldía, incluso si piensas lo contrario. —lo observa, tomando su mano y entrelazando sus dedos— Confieso que estaba celoso de ti por tu coraje para enfrentarte a nuestro padre, algo que a mí me faltaba.

Eso provoca una sonrisa en Morningstar. —Eres valiente, Ray-Ray. Solo tenías que ignorar las palabras tóxicas de Miguel. Y sinceramente, lamento que hayas tenido que presenciar la batalla por mi destierro.

—No hay problema, Luci. Aquí no guardamos rencor. —responde Azrael con una sonrisa, dándole un golpecito amistoso en el brazo a Luci.

— ¡MI SEÑOR!

El llamado angustiado de Mazikeen resonó, captando la atención de los hermanos y disipando el momento en un instante.

— ¿Qué sucede, Maze? —interroga Lucifer con inquietud.

— ¡Johanna! ¡Está de parto! —responde Maze, visiblemente agitada.

Lucifer busca la mirada de su hermano, anhelando respaldo. Con un gesto firme y decidido, su hermano le brinda el aliento necesario para dirigirse a la habitación que ambos comparten.

El momento ha llegado: el heredero del inframundo está a punto de llegar al mundo.