😈[Primera sonrisa]😈

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Ozul estaba de un humor de perros y era un misterio para todos el porqué de su mal genio. 

Maze pensó que quizás se debía al aburrimiento y que una distracción sería la solución ideal. 

Azazel y Belcebú, por su parte, se esforzaban en entretenerlo en sus dominios infernales, esperando que las actividades allí impidieran que el pequeño demonio cayera en el tedio. 

Y no podía faltar Choronzon, quien, en un intento de arrancarle una sonrisa, se lanzaba a una maratón de chistes y juegos, todo por ver a Ozul feliz.

Ozul estaba simplemente irritado.

 Al percatarse, Lucifer lo acogió entre sus brazos y lo condujo hacia su lugar de esparcimiento favorito: el abismo de las almas en pena. Johanna y la tropa de demonios no tardaron en sumarse a la excursión.

[😈😈😈]

Se conocía como el abismo de las almas en pena a aquel inmenso barranco, donde los ecos de sufrimiento y dolor de aquellos que cometieron pecados inimaginables resonaban sin cesar.

— ¿El abismo de las almas en pena? —inquirió Maze, tras alcanzar el último escalón que conducía al borde del precipicio—. Señor, ¿qué es lo que planea?

—Tengo mis dudas sobre la seguridad de esto, mi señor —expresa Choronzon con una voz temblorosa, observando con recelo el abismo que se extiende ante ellos.

—Relájense, tengo todo bajo control. Ozul disfrutó enormemente nuestra anterior aventura aquí —responde Lucifer con confianza, sosteniendo a su hijo y prodigándole caricias en su pequeño vientre con ternura.

— ¿No es su primera vez aquí? — gritaron los demonios, visiblemente aterrados.

— Sabía que lo habías traído ese día que salí a comprar — dijo con un gesto de irritación, frotándose el puente de la nariz mientras miraba con desaprobación al padre de su hijo.

— Lucifer, has perdido la cabeza — le reprocharon Belcebú y Azazel.

Con una mirada de exasperación, Lucifer respondió: — Simplemente miren y aprendan.

A escasos centímetros del precipicio, tomó a su hijo por los costados y rozó su pequeña nariz con la suya, dibujando una diminuta sonrisa en sus labios. Después, con un giro suave, lo colocó de espaldas a él, permitiendo que el niño contemplara el abismo, sus ojos brillando con emoción ante la vista.

Este acto sorprendió por completo a su madre y a sus tíos demoníacos.

—Y ahora es mi turno de actuar.

El rey de los demonios, sin aguardar ninguna señal de detención, ejecutó su impresionante truco.

No pasó mucho tiempo antes de que liberara su rugido, un rugido tan distintivo que era su firma personal. Ese sonido que podía hacer vibrar las rocas del barranco y poner los pelos de punta a cualquiera que lo oyera. Algunos podrían confundirlo con el de un león o el de otro gran felino. Pero lo que realmente distinguía el rugido de Lucifer era la intensidad con la que resonaba.

Al cesar el impresionante rugido de Morningstar, todos dirigieron su mirada hacia el príncipe, quien observaba con ojos como platos la formidable potencia de su padre al rugir, lo que le llevó a romper en aplausos.

La escena conmovió profundamente a Johanna, derretiendo su corazón con su dulzura.

Pero la ternura se esfumó cuando el mismo rugido retumbó en respuesta, causando tal sobresalto en los otros demonios que Mazikeen desenvainó su navaja, lista para la batalla, sin darse cuenta de que Choronzon ya se había posicionado detrás de ella como un escudo protector.

No obstante, al observar al pequeño príncipe, se percataron de que él no había experimentado ni un ápice de temor. La prueba irrefutable era su contagiosa carcajada que, como una melodía triunfante, se expandía por todo el entorno.

— ¿Ven lo que les digo? —exclamó Lucifer con orgullo, alzando en brazos a su hijo para plantarle un tierno beso en la frente, cautivado por su encantadora sonrisa. —Mis métodos pueden ser cuestionables, pero los resultados hablan por sí solos.

—Estás completamente loco, Luci. —respondió Johanna entre risas, rodeándolo con sus brazos por la cintura.

Rodeado de sermones y reprimendas de sus otros demonios, Lucifer se perdía felizmente en el abrazo de su amada y en la sonrisa celestial de su pequeño.

Su propia sonrisa había sido borrada eones atrás. Pero ahora, gracias al coraje de aquella exorcista audaz, su sonrisa ha regresado y se ha propuesto asegurarse de que su hijo nunca la pierda.

Después de todo, Ozul y su madre son las razones que tiene para sonreír.

💛😈[Los Nuevos Semidioses]😈💛Agosto Mpreg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora