💛😈[Los Nuevos Semidioses]😈💛Agosto Mpreg.

😈[Extractor de leche]😈

Johanna creía que en cuanto Ozul probara un nuevo tipo de leche, dejaría la leche materna sin mirar atrás. Ahora, se arrepentía de sus palabras y deseaba poder retroceder el tiempo o, al menos, lavarse la boca con jabón por haberlo pensado.

Ocurrió cuando se estaba vistiendo para dormir; apenas se había quitado su blusa, sintió algo pegajoso en sus pezones y de color casi amarillo. Cuando se puso de pie frente el espejo de cuerpo completo, notó los residuos que secretaban sus pezones. No pudo evitar sentir algo de asco cuando vio su reflejo.

Recién aseada, se apresuró a planear la adquisición del artefacto que su amiga sacerdotisa le había sugerido al encontrarse casualmente en un supermercado, acompañada de Lucifer. Tras abandonar el Infierno y encargar a Ozul con el cuidado de su padre (pues Choronzon estaba atareado con asuntos infernales y había expresado su deseo de disfrutar tiempo con su hijo), se propuso obtener aquel dispositivo que prometía ser la solución a su persistente dilema.

 —Bueno, parece que mami necesita adquirir ese artefacto, ¿verdad? —Lucifer se dirige a su hijo, quien todavía está perplejo desde que su madre lo colocó en los brazos de su padre— ¿Qué te parece si me acompañas al abismo de las almas en pena?

Después de la propuesta, Ozul no pudo contener su alegría y comenzó a mover sus pequeños brazos con entusiasmo. Viendo tal expresión de felicidad, el Rey del Infierno decidió que era el momento perfecto para llevar a su hijo a disfrutar de un tiempo juntos.

[😈😈😈]

Al volver Johanna de la Tierra y percatarse de que ni su bebé ni el padre del mismo se encontraban en el salón del trono, se dirigió a la habitación que compartían y empezó a ensamblar el extractor que había adquirido.

Aunque el montaje resultó fácil, el proceso de ajustárselo fue un completo desastre. Temía que su pecho terminara magullado o, aún peor, lesionado.

No obstante, cuando por fin consiguió que el extractor quedara en su lugar, se dio cuenta de que Lucifer y su pequeño ya habían vuelto de su escapada privada.

—Hola, chicos. ¿Lo pasaron bien? —pregunta con una sonrisa a los dos pequeños demonios.

—Sí, fue divertido. El abismo de las almas perdidas resultó ser un parque de diversiones perfecto para él. —contesta orgullosamente, dándole un suave beso en la cabeza. —Por cierto, ¿qué es eso?

—Ah, es una bomba de leche. —explica de manera sencilla, asegurándose de que la bomba no derrame nada mientras se mueve. —Buena herramienta que me ayuda a retirar el residuo de leche desde dentro de mis pezones.

Gracias al extractor de leche, Johanna ya estaba libre de residuos lácteos y se sentía más relajada tras tener ambos pezones vacíos de leche materna; sorprendentemente, había logrado llenar dos o tres biberones que más tarde serían desechados para ser ocupados por la leche de formula.

Mientras Ozul era alimentado con un biberón de ése tipo de leche y era sentado en la cuna con cojines por la exorcista, Lucifer vio el liquido extraído de los pezones de su chica y procedió a oler la boquilla.

—Ya le di una probada, sabe horrible. —le advierte Constantine, antes de que se le ocurriera asomar sus lengua por la boquilla. —Pero, bueno. Si insistes...

—No, olvídalo. Me convenciste. —dijo retractándose y regresando el biberón en su lugar.

Cuando Ozul terminó de beber su leche, y no sin antes su madre comprobara que haya eructado correctamente, se dejó llevar por los caminos hacia la Ensoñación. Cuando quedó profundamente dormido, Johanna nota que Lucifer comienza a abrazarla desde atrás y a masajearle los pechos con firmeza.

—Ya las extraño. —dijo con una voz fingiendo melancolía.

—Pervertido. —se quejó y le dio un manotazo a ambas manos.