💛😈[Los Nuevos Semidioses]😈💛Agosto Mpreg.

💛[Papá Canguro]💛

La vuelta al colegio de Hob fue, para encontrar las palabras justas, adorablemente cómica.

Casi todos sus compañeros y estudiantes sabían que se tomaría un tiempo libre por paternidad, para apoyar a su "esposa" durante el embarazo (sí, tristemente algunos colegas aún tienen una mentalidad cerrada y quería evitar conflictos). Así que cuando Hob regresó y les presentó a su pequeña princesa, sin duda se convirtió en el centro de todas las miradas.

Los alumnos más destacados, a punto de graduarse, fueron los primeros en conocer a Dawn y quedar encantados con su belleza. Tracy Doss, la estudiante más joven de literatura, preguntó si la madre de Dawn ya podía volver al trabajo, revelando así su arraigo a los roles de género tradicionales y asumiendo que si Hob cuidaba de la niña, su "esposa" estaba libre para trabajar.

Después de explicarle la dinámica de su paternidad y agradecer los consejos ofrecidos para la crianza, llevó a Tracy a su próxima clase. Cabe destacar que Tracy es la única consciente de que la "esposa" de Hob es un hombre y que no le bombardea con preguntas al ser comprensiva con la transexualidad.

Derrick Madden era el colega con el que nadie parecía llevarse bien. Este veterano profesor de álgebra, de 78 años, era conocido entre sus colegas y estudiantes como un hombre extremadamente amargado. Aunque era difícil juzgarlo: había enviudado, su carrera se había desarrollado en una estricta escuela militar y, para colmo, su hija se había alejado, ocultándole su matrimonio y la existencia de sus nietos. Su encuentro con la pequeña Dawn fue desalentador; la observó con desinterés y sugirió a Hob que, si ella se volvía rebelde durante la adolescencia, la mejor opción sería enviarla a un convento. Fue después de este desafortunado consejo que Hob no pudo evitar sentir lástima por el anciano profesor.

No tardó mucho en empezar la siguiente clase, así que entró al auditorio en compañía de su princesa.

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—Con esto concluimos la jornada de hoy, jóvenes. —anunció al grupo reunido en el aula— ¿Hay alguna duda o consulta antes de finalizar?

Barbara Dickson, una de las alumnas, alzó la mano con decisión. —De hecho, tengo un par de preguntas. Respecto a la tarea, ¿es obligatorio realizar el ensayo a mano?

La risa inundó la sala; ella, famosa por aquel antiguo desafío con la escritura, era la única que dominaba la computadora en su clase.

—Silencio, chicos. —intervino Hob, buscando mantener la calma de Dawn— Hazlo como prefieras, Barbs. Pero recuerda, nada de inteligencia artificial en tu ensayo.

—Entendido, gracias —responde la alumna—. Mi siguiente interrogante es: ¿a quién piensa que se parece su pequeña?

La pregunta capta la atención de la clase, y de repente todos los ojos están puestos en la niña. Ella, ajena a la situación, simplemente observa con curiosidad a los presentes, agitando sus manitas y piececitos. Hob, con una mezcla de delicadeza y amor, deposita un beso en su cabecita y luego dirige su mirada hacia sus estudiantes.

—Mi pareja insiste en que nuestra hija es mi clon. Y no le falta razón —comenta con una sonrisa radiante—. Pero, es innegable que heredó los encantos de su madre, especialmente esa sonrisa que ilumina el día.

Después de esa observación, algunos estudiantes curiosos se congregaron alrededor de la pequeña, ansiosos por conocer a la hija del profesor. Dawn, con su risa contagiosa, llenaba el auditorio de dulzura mientras un estudiante le hacía caras cómicas. Varias estudiantes la tomaban en brazos, saltaban ligeramente y disfrutaban momentos preciosos con ella, hasta que llegó la hora de su alimentación. Pronto la devolvieron a su padre, al notar sus gestos de disgusto y pequeñas quejas.

Mientras Hob alimentaba a su hija, sus alumnos se despidieron deseándole lo mejor en su nueva aventura como padre antes de dirigirse a sus próximas clases o a sus hogares.

En esta ocasión, Hob solo impartió dos clases más. La segunda fue con estudiantes de primer ingreso, quienes mostraron gran consideración al mantenerse en silencio para no despertar a la pequeña que se había quedado dormida, enfocándose únicamente en la revisión de tareas y la asignación de un nuevo proyecto. Tan pronto como el último estudiante salió, Dawn despertó y Hob, con movimientos ágiles, la calmó justo a tiempo para recibir al siguiente grupo.

El grupo final, compuesto por estudiantes en su último semestre, había venido solo para relajarse. Hob pasó tiempo con ellos, consciente de que pronto se graduarían y prefirió no sobrecargarlos con tareas adicionales. Las estudiantes disfrutaban la compañía de Dawn, quien se entretenía escuchando melodías infantiles contagiosas.

Al despedirse y salir de la universidad, Hob recogió a su pequeña princesa y juntos emprendieron el camino de regreso a casa.

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Tan pronto como llegó, se percató de que su pareja no estaba en el palacio. Lucienne le había comunicado que había un asunto familiar que necesitaba atender. Hob estaba al tanto de la situación, por lo que no preguntó más al respecto.

Después de jugar un rato con su princesa hasta cansarla, Hob optó por esperar a su pareja para compartirle los detalles de su día.