😈[Ropa apretada]😈

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— ¡¡MALDITA SEAAAAA!!

El estruendoso grito de Johanna resonó por los pasillos, dejando a los demonios paralizados de terror fuera de su cuarto. Solo unos valientes (o inconscientes) se atrevían a acercarse para ofrecerle comida, mantas o almohadas, arriesgándose a ser las próximas víctimas de su furia. Mazikeen, por su parte, se negaba a enviar a más demonios, temiendo que la exorcista, en un arranque de ira, decidiera desaparecerlos del infierno.

— ¿Cuál es el nuevo teatro ahora? —inquirió Belcebú con un suspiro, mientras sus innumerables bocas se torcían en una mueca de desdén.

— ¿Acaso se queja otra vez por la comida? —especuló Azazel, intentando descifrar el nuevo capricho.

— ¿Será por los ronquidos de Lucifer? No olvides que ahora comparten cama. —se mofa Choronzon.

—No es por eso. —responde Lucifer de improviso— Y para tu información, no ronco, Choronzon.

—C-claro, mi señor. —balbucea con un temblor en la voz.

—Además, se lamenta de que su ropa ya no le sirve. Solo la gabardina podía abrocharse.

—Ahora ni eso, le duelen los brazos al intentarlo. —comenta Mazikeen, dirigiéndose a su soberano— Mejor visítela antes de que decida declararle la guerra al resto de los demonios.

Eso provoca la risa de Lucifer, quien sin dudarlo se encamina a encontrarse con la madre de su futuro heredero.

[😈😈😈]

— ¿Por qué no me sienta bien? ¡Si era mi prenda favorita!

Johanna lanza su queja al aire, esperando una respuesta que no llega, hasta que la presencia de Lucifer irrumpiendo en la habitación capta toda su atención.

— ¿Dificultades con la gabardina, Jo? —pregunta el Rey del Infierno con una sonrisa burlona.

—Puede que para ti sea motivo de risa —replica ella con un gesto de fastidio, abrazándose el vientre prominente. — Pero esa gabardina tiene su importancia, y bien que lo sabes.

—Claro que lo sé —responde él, avanzando para envolverla en un abrazo, aún entre risas.

Johanna declinó el abrazo; en su lugar, apoyó su frente en el pecho de Lucifer, quien la rodeó con sus brazos y comenzó a acariciar su pelo suavemente.

—Te voy a ofrecer una de mis batas, espero que no te importe —dijo el ángel más hermoso mientras depositaba un beso en su cabeza.

—¿Crees que me quedará bien? —inquirió ella con una mezcla de duda y curiosidad— Lo siento, pero tu altura no juega a mi favor.

—Puedo ajustarlo perfectamente para ti. Recuerda, soy un demonio, Jo, y mis habilidades son ilimitadas —le dice con una mirada traviesa, tocando suavemente la punta de su nariz. —Lo hago porque eres la madre de mi hijo, y porque te quiero.

Johanna siente cómo sus mejillas se tiñen de rojo y una sonrisa se escapa de sus labios. Sin duda, no tendría inconveniente en que el Soberano de las sombras le presentara una indumentaria que fuera perfecta para ella.

Incluso si eso fuera una de las batas rojas y elegantes que usualmente usa. Resignada se pone la bata mientras Lucifer siente su corazón estallar de amor.

💛😈[Los Nuevos Semidioses]😈💛Agosto Mpreg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora