😈[Primeros pasos]😈

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Desde el momento en que se reveló la habilidad de Ozul para gatear a velocidades impresionantes, el castillo de Lucifer se convirtió en un circuito de carreras constante en un intento por atraparlo.

Era un constante juego del gato y el ratón; Johanna siempre tras él, ya fuera para cambiarle el pañal, alimentarlo o intentar acunarle en sueños, mientras que Choronzon y Maze escapaban de sus intentos de convivencia. Incluso Belcebú y Azazel se llevaron algún que otro susto cortesía de Ozul. Y es que las travesuras de Ozul no eran más que el preludio de una diversión sin fin.

Lucifer, siempre atento, no podía contener las carcajadas ante las diabluras de su pequeño demonio. La mirada acusadora de Johanna y el resto de los demonios recaía sobre él, convencidos de que Lucifer era el arquitecto detrás del caos, disfrutando cada segundo de sus picardías.

A pesar de todo, había un lado positivo. ¿La razón? Ozul estaba a punto de aprender a caminar.

Y, como si fuera magia, ocurrió.

La primera en darse cuenta del logro fue su madre, quien lo descubrió despierto y de pie en su cuna. Johanna, emocionada, lo levantó para probar su equilibrio en el suelo firme; y para su asombro, Ozul se giró y empezó a caminar hacia la puerta de su habitación. Johanna, entre risas, lo acompañó en su aventura.

Al salir, se encontraron con Maze, que estaba afilando una navaja contra una piedra. Ozul, con una sonrisa radiante y sin dientes, se acercó y la saludó.

—Hola, niño —saludó al pequeño, distraídamente, sin notar de inmediato el detalle crucial. No fue sino hasta que terminó de afilar su cuchillo que se percató con sorpresa— ¡Pero si estás caminando!

Johanna observaba la escena, llevándose las manos a la boca en un vano intento por ocultar su risa. Ozul dejó escapar una risita y prosiguió su camino hacia el salón del trono, seguido de cerca por las dos mujeres que no podían contener su diversión.

[😈😈😈]

Choronzon era el siguiente en la lista, acababa de completar unas entregas a otro círculo cuando volvió y se encontró con el jovencito paseando con su madre y Maze. Les ofreció un saludo, al cual el niño respondió con cortesía antes de continuar su paseo. Al observar a las dos mujeres, ambas le devolvieron una mirada imperturbable; daba la impresión de que no se habían percatado de algo.

— ¿Qué sucede? —interroga con los hombros caídos.

—Eres un ciego, un tonto. —le reprocha Mazikeen.

—¡Ozul ya puede caminar! —grita Johanna con emoción, y ambas corren a ver al pequeño dirigiéndose al salón del trono.

Al comprender la situación, él se apresura a unirse a ellas, emocionado por ver a Ozul dando sus primeros pasos.

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Cuando el niño se encontró con Azazel y Belcebú, estaban inmersos en una charla sobre la legión demoníaca de uno de sus hermanos, al cual despreciaban como el más inferior. Tan absortos estaban en su diálogo que no notaron que Ozul los acompañaba, y detrás del pequeño, sigilosos, venían Maze, Johanna y Choronzon.

— ¡Hola, majestad! —exclamaron los dos demonios con una reverencia, justo antes de retomar su charla. Pero se detuvieron en seco, intercambiando miradas de asombro— ¿¡Andando a pie!?

El pequeño Ozul no podía contener su entusiasmo, sonriendo ampliamente y dando saltitos de pura felicidad.

—¿Cuándo sucedió eso? ¿De qué manera? —inquirió Belcebú, volviéndose hacia su madre que estaba detrás de él.

—Se había puesto de pie en su cuna, así que cuando entré a la habitación, lo cogí en brazos y, para mi sorpresa, ¡empezó a caminar como si nada! —relató la exorcista, no pudiendo ocultar su sonrisa.

Después de un momento, sus oídos captaron la voz del rey de los demonios en plática con quien parecía ser, si no estaban equivocados, el tío y padrino de Ozul, el ángel Azrael.

Sin perder un segundo, el pequeño, guiado por la voz paterna, se lanzó en una carrera tras ella, y casi como si fuera un juego, logró que su madre y sus tíos demoníacos lo persiguieran en una estampida familiar.

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Azrael había hecho una pausa en sus deberes como ángel de la muerte para visitar. Mientras charlaban, los hermanos repasaban viejas historias familiares que habían sucedido desde que Ozul llegó al mundo y las diversas reacciones de sus hermanos ante la noticia.

—La verdad, las opiniones de Remiel y Gabriel me traen sin cuidado, pero ¿Miguel? —Lucifer expresó su asombro— ¿De verdad se molestó solo porque le dijiste que tengo un hijo?

—Podría mentirte, pero la verdad es que sí, se enojó. Y su enojo se duplicó cuando salió el nombre de Johanna —dijo con los ojos entrecerrados, un nerviosismo palpable en su voz—. No estoy seguro si estabas al tanto, pero Miguel siempre ha tenido una obsesión con ella. La situación ya me está empezando a asustar.

Esto pone a Lucifer en estado de alerta. Parece ser una conversación que debería haberse pospuesto para otro momento.

— ¿Luci? —Azrael llama de nuevo su atención, esta vez señalando hacia una figura. No, no es algo, sino alguien— Observa.

Al percatarse de la presencia ajena, Morningstar descubre a su hijo observándolo con una mezcla de asombro e inocencia. Y, para su aún mayor asombro, nota que el pequeño se aventura a dar unos pasos en su dirección.

Ozul, impaciente por abrazar a su padre, corre hacia él y se aferra a su pierna. Alza la vista emocionado, provocando que Lucifer lo alce en sus brazos.

—Así que puedes caminar, ¿verdad? —dice mientras roza su nariz con la de su hijo—. Ese es mi chico.

El tierno abrazo con su hijo provoca que los espectadores exclamen y aplaudan con entusiasmo.

💛😈[Los Nuevos Semidioses]😈💛Agosto Mpreg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora