¿Cómo crear amor desde el vacío? (Kookmin)

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Capítulo con contenido sexual

Jungkook 

Diez minutos para comprarlo. 

Una hora para que sus labios besen a mi amigo hambriento. 

Tres días para degustar sus jugos. 

Cuatro días para tomar su virginidad. 

Dos semanas para volverse loco. 

Eso es una mierda. 

Un poco más de dos semanas. 

Quince putos días. 

Eso es exactamente lo que necesitó el virgen comprado para envolverme y atarme fuertemente a él. Julie no logró hacer esto en los dos años que estuvimos juntos. ¿Pero Jimin? Puso mi mundo patas arriba en dos malditas semanas. Las cosas estaban a punto de salir terriblemente mal. ¿Cómo diablos se suponía que iba a aguantar dos años si ya le estaba llevando todo lo que pedía en bandeja de plata? 

Debería cambiar mi nombre. 

El puto culo Sugar Daddy de Jungkook encaja mucho mejor. 

¡Tonterías! 

En el trabajo no podía hacer más que pensar en él. Por eso llegué al punto en que le pedí a Hanel que lo trajera cuando fuera a buscarme. Sí, fácilmente podría obligarlo a violar todas las reglas de tránsito existentes en Seúl para poder acercarme a él más rápido. Pero cuando tuve la idea de comprar un helicóptero para no quedarme atrapado en los atascos, decidí: sería mucho más fácil entregármelo. 

Definitivamente hay algo mal en mi cabeza. 

Quizás sería bueno someterse a algún tipo de programa de rehabilitación para deshacerse de su nueva obsesión; esto es claramente algo poco saludable. Había estado caminando por el camino de entrada durante varios minutos cuando finalmente llegó Hanel. Intentó salir a abrirme la puerta, pero lo detuve con un gesto. Si abro la puerta yo mismo, estaré cerca de él mucho más rápido. 

Agarrando el asa, tiré y vi... mi bebé de dos millones. Mis labios se curvaron en una sonrisa mientras miraba a mi alrededor, comprobando si alguien estaba mirando a mi omega. Me lo tengo que follar yo mismo, tenía que marcar mi territorio y no podía, no quería esperar hasta que estuviéramos en casa. 

- A casa, Hanel, gruñí.  Y toma un camino tranquilo, pero no nos molestes. 

- Como desee, señor. 

Él asintió y regresó al asiento del conductor. Rápidamente entré al vehículo y cerré la puerta de golpe, dejando fuera el mundo exterior para poder disfrutar a solas de los tesoros escondidos de Jimin. Porque soy un bastardo egoísta y nunca lo comparto con nadie. 

Nunca. 

Ni siquiera quería que nadie viera lo que era mío. Arrodillándome frente a él, tiré mi maletín y mi chaqueta a un lado. Rápidamente me desabroché el cinturón y los pantalones y me puse de rodillas. Mi "niño" inmediatamente saltó y tuve que agarrarlo para que no se balanceara de un lado a otro. 

- Mójalo, bebé, le dije, colocándome frente a él para que quedara justo frente a su cara. Dios lo bendiga, se lamió los labios, mirándome con ojos codiciosos, y luego se inclinó y abrió la boca, con la intención de tomarme. Lo detuve. 

- No de esta manera. Lámelo. Quiero ver como tu lengua me recorre. 

Sonrió sexy y luego lamió una gota de humedad de la punta. Mi polla se movió por sí sola y siseé entre dientes. Sin quitarme los ojos de encima, agarró su base, luego sacó la lengua y la recorrió desde abajo hasta arriba en toda su longitud.