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Capítulo con contenido sexual

Jungkook

Pensaré en las consecuencias de esta decisión más tarde, pero en ese momento él estaba a mi lado y tenía que saber cómo me sentía realmente. No podía dejarlo salir de esta habitación sin explicarle todas mis acciones para que no tuviera dudas. Para que supiera lo que le estaba pasando a mi mente, a mi alma. Todo yo, hasta lo más profundo, el corazón, la mente, todo estaba lleno de él, y de ahora en adelante siempre será así. Y si después de todo está dicho y hecho, se va, se los llevará consigo. Me presioné contra él.

- Te amo, Jimin. Con todo mi puto corazón.

- Dios mío, Jungkook.

Había tanto sentimiento en su voz que levanté la cabeza y lo miré. Le temblaban los labios y le brillaban los ojos por las lágrimas. Una mano tímida se posó en mi mejilla y la yema de su pulgar rozó mi labio inferior.

- Por favor llámame Minnie. Sólo... Minnie.

Lo miré a la cara y, cuando una lágrima rodó por su mejilla, no podía creer que estuviera diciendo esto sólo por lástima hacia mí. Sí, solía sentir que mi corazón latía fuerte y daba vueltas. Pero después de estas simples palabras, comenzaron unas locas acrobacias en mi pecho. Me sentí mareado, pero no pude evitar la sonrisa que se dibujó en mi rostro.

- Minnie, repetí en voz baja. Él tembló.

- Dios, eso suena tan sexy. Dilo otra vez, dijo Jimin.

Levantó su cabeza para poder ver mi cara. Me incliné hacia él y, cuando nuestros labios casi se encontraron, susurré: "Minnie..."

Me jaló el labio inferior con los dientes, una, dos veces, y murmuró: "Repito". Besándolo aún más apasionadamente que la última vez, repetí su nombre una y otra vez porque, maldita sea, tenía derecho.

Finalmente.

Mis embestidas se volvieron más insistentes, mientras continuaba sosteniendo su pierna debajo de su rodilla, golpeé mis caderas contra él. Más fuerte, más profundo, más rápido. Agarrando el colchón como apoyo, se movió hacia adelante y hacia atrás, adentro y afuera. Él se aferró a mí. Nuestro sudor se mezcló por el deslizamiento de nuestros cuerpos. Los tendones de mis brazos y cuello estaban tensos, y los músculos de mi espalda, abdominales y glúteos tuvieron que trabajar duro para darle todo lo que tenía.

Jimin pasó sus uñas por mi espalda y oré en silencio a Dios para que hubiera heridas allí. Heridas que nunca sanarán- cicatrices iguales a las que quedarán en mi corazón cuando él me deje. Levanté la cabeza y comencé a mirarlo, memorizando cada golpe, cada rasgo de su rostro, y no pude evitar notar la vena hinchada en su cuello.

Otra visión que me perseguirá toda mi vida.

Qué mirada tan exquisita.

Una gota de sudor colgó de la punta de mi nariz y cayó sobre sus labios.

Lo vi sacar la punta de la lengua y lamerla. Cerró los ojos y tarareó, como si se hubiera metido en la boca un trozo del mejor chocolate.

- Mírame, bebé, susurré.

Abrió los ojos y nuestras miradas se conectaron instantáneamente. Fue una conexión mucho más profunda que cualquier manifestación externa.

- Te amo, Minnie.

- Jungkook, yo..., gimió y, mordiéndose el labio inferior, echó la cabeza hacia atrás.

El orgasmo lo atravesó en una ola, su cuerpo se estiró debajo de mí como un arco. Su cuerpo. Oh Dios, su cuerpo. Esa expresión facial cuando le dije que lo amaba y tuvo un orgasmo... Simplemente no hay palabras para describir mis sentimientos. Con un empujón final, lo seguí, sintiendo sus paredes internas apretarme y acariciarme, ordeñándome hasta dejarme seco. Sintiéndome, pulsando y latiendo dentro de él. Me puse de costado y lo atraje conmigo, rodeándolo con ambos brazos y presionándolo contra mi pecho porque no quería soltarlo. ¿No es eso lo más importante?

¿Cómo crear amor desde el vacío? (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora