Finalmente, Harry ha hallado el amor en Hogwarts: Colin Creevey, su íntimo amigo, asegura que Harry se le había visto tomado de la mano con una chica muggle, pero recientemente se le ha visto con otra, ahora raramente se lo ve sin la compañía de una tal Hermione Granger, una muchacha de sorpren-dente belleza, hija de muggles y que, como Harry, está entre los mejores estudiantes del colegio. Colin Creevey menciona que Harry se alejo de la anterior chica ya que no podía con el dolor de verla cerca de chicos de la escuela Durmstrang, ¿Harry tendrá el corazon roto por está misteriosa chica?
—Que tonterias son estas.—murmuré cerrando el periódico con enojo, ¿Hermione y Harry? ¿Qué había visto Colin que yo no, estos días?
—¿De sorprendente belleza? ¿Ella? —chilló Pansy Parkinson en la mesa detras mía—. ¿Comparada con quién?, ¿con un primate?
—¿Quieres tener un ojo morado Parkinson? —dije mirandola desde mi mesa. Ella saltó en su lugar por mi voz para luego mirarme mal y seguir comiendo.
Recargue mis brazos en la mesa ponendo mi cara sobre ellos. ¿Era cierto esto? ¿Harry y Hermione? Por eso Ron estaba tan alejado de ellos, claro... Ahora todo cuadra. Apreté mis puños. No, no, esto era falso. Hermione no sería capaz de hacerme esto, ¿verdad?
—¿Comerás esto? —me reincorporé con rapidez, mirando un brazo sobre la mesa.
—Ah no, no, puedes tomarlo.—dije fingiendo una pequeña sonrisa.
Levanté mi vista para ver a la persona, era un chico de Dumstrang, el río un poco y se enderezó sin tomar nada de la mesa.
—En realidad, no quería el platillo.—dijo sonriendo, al ver mi cara de confusión volvió a hablar.—Solo quería volver a acercarme. Soy... ammm...
—¡Oh! El chico del delulu no se qué.—le dije, el río mirándome.
—Millefeuille.—me corrigió con una sonrisa.
—Oh si claro. —ambos reimos.—No te reconocí por la...
—Ah.—tocó su barbilla.—Me dijeron que la cortará...—murmuró mirando detrás de mí, seguí su mirada, sobre mi hombro. Ahí estaba Viktor junto con otro chico, ambos trataron de ocultarse detrás de algunos de Revenclaw.
—Ya veo.—le dije apenada.—¿Entonces por que querías acercarte?
