—Yo estoy con Gryffindor —dijo Luna Lovegood con un gorro con forma de cabeza de león que llevaba colocado en la cabeza.—Miren lo que hace… —Levantó una mano y le dio unos golpecitos con la varita. El gorro abrió la boca y soltó un rugido realista que hizo que todos los que habían cerca dieran un brinco—. ¿Verdad que es genial? —preguntó Luna muy contenta—. Quería que tuviera en la boca una serpiente que representara a Slytherin, pero no hubo tiempo. En fin...¡Buena suerte, Ronald!
Y tras decir eso, la chica se marchó. Cuando todavía no se habían recuperado de la impresión que les había causado el gorro, Angelina fue muy deprisa hacia ellos.
—Cuando terminen de desayunar vayan directamente al campo. Comprobaremos sus condiciones y nos cambiaremos.
—Iremos enseguida.—le aseguró Harry—. Es que Ron todavía tiene que comer un poco.
Harry se volvió a Hermione que comía leyendo un libro.
—¿Y Camí?
Hermione hizo caso omiso y siguió comiendo de su plato de cereal mientras seguía leyendo.
—Hermione, ¿Y Camille?
—No está.
—Eso ya lo sé, ¿Por qué no ha bajado a desayunar?
—Se quedó en la habitación leyendo un libro.
—¿Vendrá a mi partido?
—No lo sé.
Harry suspiro molesto por las respuestas de Hermione, así que se levantó de la mesa junto con Ron. Al instante Hermione se levantó también y tomó a Harry por un brazo, apartándolo un poco.
—No dejes que Ron lea lo que hay escrito en las insignias de los de Slytherin. —Harry la miró de manera inquisitiva, pero ella negó con la cabeza para avisarlo—. ¡Buena suerte, Ron! —le deseó Hermione poniéndose de puntillas y besándolo en la mejilla—. Y a ti también, Harry…
Ron volvió un poco en sí cuando recorrieron el comedor hacia la puerta. Entonces se tocó el sitio donde Hermione lo había besado, un tanto aturdido, como si no estuviera muy seguro de lo que acababa de ocurrir.
Estaba tan distraído que no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor, pero Harry al pasar junto a la mesa de Slytherin echó una mirada a las insignias con forma de corona que había en la mesa.
