El sol comenzaba a filtrarse suavemente por las ventanas, iluminando la habitación con un brillo dorado que anunciaba el comienzo de un nuevo día. Izuku se despertó lentamente, sintiendo el calor de los cuerpos de Mitsuri y Momo aún adormecidos a su lado. Sin embargo, algo parecía diferente. Al abrir los ojos y girarse para buscar a Rumí, notó que la cama estaba vacía en el lugar donde ella debería estar.
Intrigado y algo preocupado, Izuku se levantó con cuidado para no despertar a las chicas, sus pies descalzos hacían poco ruido sobre el suelo de madera mientras se dirigía a la cocina, de donde provenía un suave sonido metálico. Al asomarse por la puerta, encontró a Rumí en plena faena, moviéndose con rapidez y habilidad mientras preparaba el desayuno. Su cabello, que apenas le llegaba a los hombros, estaba atado en un pequeño moño, pero algunos mechones rebeldes caían alrededor de su rostro concentrado.
Izuku, aún medio adormilado, decidió acercarse en silencio, con la intención de saludarla y agradecerle por encargarse de la comida. Sin embargo, cuando estaba a pocos pasos de ella, Rumí, con sus reflejos agudizados por años de entrenamiento, sintió su presencia y reaccionó instintivamente. En un abrir y cerrar de ojos, giró sobre sí misma, tomando el cuchillo más cercano y colocando la afilada hoja directamente en el cuello de Izuku.
—¡No te acerques! —gritó, con los ojos brillando de alerta.
Izuku se quedó completamente inmóvil, levantando las manos en señal de rendición mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder. Su corazón latía con fuerza, pero mantuvo la calma.
—Rumí, soy yo... Izuku —dijo con suavidad, sin mover un músculo—. No quise asustarte.
Los ojos de Rumí se entrecerraron por un instante antes de que la realización la golpeara. Lentamente, retiró el cuchillo, dejando escapar un suspiro de alivio mientras sus hombros se relajaban.
—Lo siento, Izuku —murmuró, aún recuperándose del sobresalto—. Estoy acostumbrada a estar en guardia todo el tiempo. No pensé...
Izuku sonrió con amabilidad, bajando las manos con cautela.
—Está bien, lo entiendo —respondió, dándole un vistazo al cuchillo antes de mirarla nuevamente—. Solo quería agradecerte por preparar el desayuno.
Rumí lo observó durante unos segundos antes de que una sonrisa traviesa cruzara su rostro.
—Eres un tonto, ¿lo sabías? —dijo, guardando el cuchillo y volviendo a su tarea—. Podrías haberte hecho daño.
—Bueno, soy resistente —bromeó Izuku, aliviado de que el momento tenso hubiera pasado.
Mientras Rumí terminaba de preparar el desayuno, Izuku la ayudó a poner la mesa. No mucho después, Mitsuri y Momo se unieron a ellos, todavía adormiladas pero sonrientes al ver el banquete que Rumí había preparado.
Desayunaron juntos, disfrutando del momento de tranquilidad. Sin embargo, antes de que pudieran sumergirse demasiado en la relajación, un cuervo mensajero entró volando por una de las ventanas, graznando con insistencia.
—¡Reunión urgente en la sala principal! —anunció el cuervo con voz firme—. El patrón ha convocado a todos los cazadores.
Izuku intercambió una mirada con las chicas antes de levantarse rápidamente. No había tiempo que perder, especialmente si el patrón los llamaba a todos.
Llegaron a la sala principal en cuestión de minutos, donde ya se encontraban varios cazadores reunidos. El patrón, de pie al frente con una expresión grave, los esperaba. Su presencia llenaba el espacio con una autoridad que ninguno de los cazadores podía ignorar.
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Izuku el de las 5 respiraciones
FanficIzuku Midoriya con el poder de 5 respiraciones las cuales irán descubriendo mientras leen la historia 22 - Mayo - 2024