Izuku el de las 5 respiraciones

Capítulo 7

El Tren Mugen

La estación estaba tranquila en la madrugada, con una bruma ligera cubriendo el suelo y los primeros rayos del sol asomándose tímidamente en el horizonte. Izuku y Rengoku, junto con las dos niñas gemelas, se encontraban en el andén, observando el imponente Tren Mugen estacionado frente a ellos.

Rengoku rompió el silencio, su voz vibrante y llena de energía. —Izuku, quiero que estés listo para cualquier cosa. Los demonios que enfrentaremos en el Tren Mugen son formidables. Nuestra estrategia debe ser clara y precisa.

Izuku asintió, sintiendo la determinación de Rengoku contagiarlo. —Entendido, Rengoku-san. Estaba pensando en utilizar la Respiración del Fuego y la Respiración del Agua en combinación. Podría ayudar a mantener a los demonios a raya y crear oportunidades para atacar.

Rengoku sonrió, aprobando el plan. —Buena idea. Yo me encargaré de la ofensiva principal, utilizando mi Respiración de la Llama para abrir camino. Necesitamos estar coordinados y aprovechar cada oportunidad. La clave será mantenernos juntos y no bajar la guardia en ningún momento.

Las gemelas, observando la conversación, se acercaron con una mezcla de preocupación y determinación.

—Rengoku-sama, Izuku-kun, queremos ayudar en lo que podamos.

Rengoku se giró hacia ellas, su expresión amable pero firme. —Agradecemos su oferta, pero esta misión es extremadamente peligrosa. Necesitamos que se retiren y se mantengan a salvo. Izuku y yo nos encargaremos de esto.

Las gemelas asintieron, respetando la decisión de Rengoku. —Por favor, tengan cuidado. Confiamos en ustedes.

Con una última mirada de aliento, las gemelas se retiraron, dejando a Rengoku e Izuku solos en la estación. El tren frente a ellos parecía un gigante dormido, esperando despertar a la llamada del peligro.

—Vamos, Izuku —dijo Rengoku, avanzando hacia el tren—. Es hora de abordar.

El interior del Tren Mugen estaba silencioso, con vagones oscuros y vacíos. La atmósfera era pesada, como si una presencia siniestra se ocultara en cada sombra. Rengoku e Izuku avanzaron con cautela, sus sentidos agudizados para detectar cualquier movimiento.

—Rengoku-san, ¿qué piensas de las espadas que usamos? —preguntó Izuku, tratando de mantener la conversación para calmar los nervios.

Rengoku sonrió mientras respondía. —Nuestras espadas son más que herramientas, Izuku. Son extensiones de nosotros mismos. La forma en que las manejamos refleja nuestra determinación y nuestro espíritu. Cada corte, cada movimiento, debe ser preciso y decidido. Una espada vacilante puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Mientras hablaban, el tren comenzó a moverse lentamente, el sonido de las ruedas sobre los rieles rompiendo el silencio. De repente, una sensación de peligro inminente llenó el aire. Un demonio emergió de las sombras, sus ojos brillando con malicia.

—¡Izuku, cuidado! —gritó Rengoku, desenvainando su espada en un movimiento fluido.

Izuku reaccionó al instante, utilizando la Respiración del Agua para esquivar el ataque del demonio. Con un corte preciso, desmembró al demonio, pero más criaturas emergieron de los rincones oscuros del vagón.

—¡Aquí vienen! —exclamó Izuku, preparándose para la batalla.

La lucha en el tren fue intensa. Rengoku e Izuku se movían como un solo ser, sus espadas brillando en la penumbra mientras repelían a los demonios con una sincronización impecable. Rengoku, con su Respiración de la Llama, lanzaba ataques poderosos que quemaban a los demonios, mientras Izuku utilizaba su Respiración del Agua para mantener un flujo constante y elegante de movimientos defensivos y ofensivos.