⑅˖♡⁠˖⑅ Capítulo ocho ⑅˖♡⁠˖⑅

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Franco nunca fue una persona facil de entender.

Nunca nadie más que sus padres lograron hacerlo hasta que llego Rafa.

Se conocían desde que eran unos niños y siempre tuvieron esa conexión especial, con el paso del tiempo solo se fortalecía cada vez más. Amaba lo iguales que eran y lo mucho que encajaban. Amaba que tuvieran los mismos pensamientos y planes a futuro.

Como si su destino los favoreciera para estar juntos por lo que les restaba de vida.

- ¿Entonces trabajaremos dentro de los dos negocios?- Pregunto Rafa con ilusión.

- Seremos los mejores, lo juro.- Contesto Franco tomándolo entre brazos y dejando un beso en su cabeza.

- ¿Me juras que estaremos juntos para siempre?- Pregunto Rafa viendolo con esperanza en esos preciosos ojos.

- Lo juro.

Franco no cumplió su promesa.

Tenía sus razones unas más válidas que otras pero al final ninguna valía la pena para perderlo completamente, el lo sabía pero era demasiado terco como para abandonar sus convicciones e ideas.

Aunque prometieron estar juntos, Rafa fue el primero en romper esa promesa. Decidió que al final la mafia no era un camino para el y decidió tomar un camino diferente enfocándose en los aspectos legales y de imagen ante la sociedad.

Cambio tanto.

Fueron al rededor de cuatro años donde estuvieron separados y cuando se volvieron a ver Franco no supo lo que sentía.

Se convirtió en eso que ambos dijeron odiar algún día, una persona que no ve más allá de sus narices y lo único que parece importante es el dinero.

Rafa ya no era el chico dulce del cual se enamoro, ahora era un tipo que parecía demasiado egocéntrico y hueco.

A este Rafa ya no le gustaba vestir sencillo para poder ensuciar su ropa al jugar algún juego tanto, a este Rafa posiblemente ya no le gustaban los pequeños detalles, ya no tenía el sueño de pasar todo su vida trabajando el anonimato, ya no era un chico tímido y dulce, ya no era Rafa.

Se veía y comportaba tan diferente que no encontraba a qué aferrarse para seguir amándolo.

Atesoro los buenos recuerdos y con eso se quedó.

Aquella vez que entre suaves caricias se entregaron mutuamente por primera vez en la parte trasera de su auto, ambos siendo unos tontos vírgenes inexpertos pero aún así teniendo la mejor noche de su vida.

O esa vez que decidieron hacer un viaje a una pequeña cabaña en medio del bosque sin más. Pasando las mejores vacaciones de su vida solamente ellos rodeados de su amor.

Aquella vez que hicieron la bendita promesa bajo la luna en su cumpleaños dieciocho después de una pequeña fiesta en la que solo  Rafa fue su invitado y comieron un pastel hecho por el pequeño chico con todo el amor del mundo segun sus palabras.

Sabía que nunca se enamoraría igual ni encontraría a alguien que valiera la pena tanto como Rafa.

Aún así decidió intentar conocer personas que se asemejan a lo que el tenía en mente como la persona perfecta. No fue muy difícil encontrarlas por el contexto en el que se encontraba, mujeres lindas, fuertes e independientes. Sus relaciones no duraban. mucho porque rápido se aburría de las personas o hacían algo que lograba hacer que se disgustara y mandara todo a la mierda.

Corazones LiberadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora