Corazones Liberados

⑅˖♡⁠˖⑅ Capítulo diecisiete ⑅˖♡⁠˖⑅

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Las cosas en la isla marchan bien.

A tres meses de haber sido abandonados en ese lugar, han pasado tantas cosas que es raro pensar en su vida antes de su actual situación.

Todo comenzó el día que Rafa despertó en una suave cama dentro de una pequeña pero acogedora cabaña. Estaba descansando sobre sabanas limpias y con una pijama suave y algo grande para él. Cabe destacar que lo hizo demasiado confundido, pensó sinceramente que todo habia sido un seño hasta que camino hacia la ventana y la tarde se reflejaba en un cielo despejado sobre un paisaje demasiado verde.

Salió con pasos cuidadosos de la habitación y recorrió con mucha curiosidad toda el lugar, que no era mucho, solo la habitación principal (donde el estaba), una pequeña cocina con una pequeña mesa, un baño y la pequeña sala donde estaba en ese momento. Estaba recostado en el sillón más grande, que en realidad era muy pequeño, acurrucado con la almohada que encontró allí, una que tenía demasiado el olor de Franco.

Entonces escucho un ruido afuera que le hizo levantarse de golpe y caminar hacia la puerta. Cuando la abrió la respiración se le cortó completamente.

Era Franco, sin camisa y cargando leña.

Sintió el rubor aparecer en su cara y parte de su cuello, no supo que hacer, solamente se quedó mirando como estúpido hacia todo.. todo él.

- ¿Estás mejor?- Pregunto Franco mientras acercaba más los leños.

- Ahh...- Fue lo único que si mente le pudo ayudar a decir.- Si, si mucho mejor.- Aseguro rapidamente por los nervios.

- Bien, ve dentro, el clima está comenzando a enfriar y tú ayer todavia tenías temperatura.

- ¿Cuánto dormí?- Pregunto Rafa demasiado confundido.

- Tres días.- Aclaro Franco viendolo fijamente como buscando indicios de enfermedad, pero lo único que lograba era poner nervioso al otro.- Te ves mejor, pero aún así, ve dentro. En un momento enciendo la chimenea.

- Está bien.- Accedió obediente metiéndose a la casa. Dió un suspiro grande en cuanto la puerta se cerró.

Esperaba que sus padres vinieran pronto o el no respondería si salía de ese lugar con un hijo.

Bueno, tal vez no, Franco no lo tocaría ni aunque le pagarán.

"Pero bueno, se entiende la idea general" Pensó encogiendose de hombros.

Estuvo menos de tres minutos sentado viendo la pared cuando se aburrió y decidió caminar hacia la cocina a buscar cualquier cosa que pudiera hacer.

Sorprendentemente encontró demasiada comida, algunos enlatados, un pequeño refrigerador con pescado pero lo que más encontró fueron frutas y verduras frescas, lo entendió todo una vez que se asomo por una pequeña ventana y encontró un pequeño invernadero.

Suspiro viendo las cosas que tenía a la mano y comenzó a hacer un pescado en salsa de coco acompañado de una ensalada salada y una de frutas.

El cocinar generalmente lo saca de sus pensamientos y lo tranquiliza pero justo ahora fue todo lo contrario.

Empezó a desbloquear recuerdos.

Él estaba tumbado en la cama, como completamente desnudo posiblemente por la fiebre, Franco estaba a su lado poniéndole unas toallas húmedas en su frente y dandole algunas cosas de comer en la boca. Bien, aunque era vergonzoso no era lo peor. Lo peor era el rogándole a Franco que... que se acostara a su lado y lo abrazara o rogando por un beso.