✦ - Encuentro inesperado 🎨

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Capítulo 18

Quedaba poco tiempo antes de que sus padres tuvieran que regresar a Busan junto a su hermana alfa, Juna. El omega con aroma a fresas había estado esquivando la conversación sobre quedarse a vivir en Seúl con Jihoon.

No porque le desagradara la idea de vivir en la capital, sino porque nunca se había alejado de su familia de esa manera.

Sin embargo, ya no podía evitar más la conversación.

Su madre alfa lo miraba con ojos llenos de esperanza, rogándole silenciosamente que decidiera irse con ellos a Busan. A su lado, su padre omega lo observaba con serenidad, esperando una respuesta. Jihoon estaba sentado justo al lado, mirándolo con los ojos bien abiertos, como si cada segundo de incertidumbre fuera un tormento. Por otro lado, Juna se veía más tranquila que la última vez que habían hablado sobre la posibilidad de separarse.

—Y-yo... —el omega rubio tartamudeó, llevándose un dedo a la boca y comenzando a morderse la uña. Su madre, con un gesto suave, lo instó a continuar—. Creo que...

La tensión en la sala de estar era palpable, cada respiración parecía resonar en el silencio. El omega sentía el impulso de salir corriendo al igual que su lobo que lloraba presionado, pero sabía que debía enfrentar la situación.

—¿Qué, cachorro? —le preguntó su padre con calma, lo que le dio el valor para cerrar los ojos y, finalmente, decidirse a hablar.

—Creo que me quedaré aquí... Me quedaré en Seúl.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Los ojos de su madre se nublaron con lágrimas no derramadas, su padre asintió lentamente, tratando de asimilar la situación. Su herma alfa suspiró, como si ya lo supiera, y Jihoon exhaló, la tensión abandonando su cuerpo. En la sala, todos comprendieron que esta decisión marcaría un antes y un después en sus vidas.

La madre alfa de Jimin se levantó lentamente de su asiento, su rostro marcado por una mezcla de decepción y tristeza. Sin decir una palabra, se dirigió hacia la puerta de la sala y salió, dejando tras de sí un silencio aún más pesado.

El padre omega negó con la cabeza, observando el espacio vacío que su pareja había dejado.

—Estén tranquilos, cachorros —dijo con una voz suave pero firme, tratando de infundir calma en el ambiente tenso—. Ella solo necesita un momento para procesarlo.

Jimin sintió una punzada de culpa en el pecho. El silencio de su madre resonaba en su mente como un grito. No podía dejarlo así.

—Iré a hablar con ella —se apresuró a decir, levantándose de su asiento antes de que alguien pudiera detenerlo.

Jihoon y Juna lo miraron con preocupación, pero no dijeron nada. El omega salió de la sala y recorrió el pasillo rápidamente, siguiendo el sonido de los pasos de su madre. La encontró en el jardín, de pie junto a un árbol, con la mirada perdida.

—Mami... —llamó Jimin con voz baja, acercándose con cautela.

Su madre no se volvió de inmediato. Pasaron unos segundos antes de que suspirara profundamente y se girara para mirarlo. Sus ojos reflejaban la lucha interna que estaba librando, pero también el amor y la preocupación que sentía por su hijo.

—Minnie, esto no es fácil para mí —dijo finalmente, su voz temblando ligeramente—. Pero sé que necesitas tomar tus propias decisiones.

—Lo sé, mamá —respondió el omega, acercándose más y tomando la mano de su madre—. Pero también sé que te duele. No quiero hacerte sufrir.

Ella apretó su mano suavemente, sus ojos llenándose de lágrimas que se negó a dejar caer.

—Me es difícil dejarte ir. Sé que debes tomar tus propias decisiones ahora que ya eres un adulto, pero nunca dejaré de verte como mi bebé. Mi omega bebé.

Pinceladas del Destino 🎨 [𝗸𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻; 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora