✦ - Extra: Señor Jeon.

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Primer extra.

Desde que tenía memoria, la relación de Jungkook con su padre había sido tensa y, en muchos momentos, inexistente. Su madre había sido la única que realmente lo entendía y apoyaba, su refugio en un hogar dominado por la fría ambición de su padre. Pero su madre falleció cuando él tenía solo diez años, dejándolo completamente a merced de un hombre para quien todo se reducía a cifras, negocios y resultados.

Su padre, CEO de una de las corporaciones más grandes de la ciudad, vivía para trabajar y mantenía expectativas rígidas para su único hijo, expectativas que poco tenían que ver con los sueños de Jungkook. Para él, el arte era una pérdida de tiempo y cualquier forma de expresión que no implicara dinero o éxito era simplemente irrelevante. Más de una vez, había llegado a menospreciar las obras de su hijo, considerándolas "meras distracciones".

Jungkook creció en ese ambiente, luchando con el vacío que su madre había dejado y el dolor que le provocaba la constante indiferencia de su padre. En algún punto, aprendió a dejar de esforzarse por recibir un reconocimiento que nunca llegaría y, en cambio, se dedicó a construir su propia identidad lejos de la sombra de su apellido. Aun así, las heridas de esa relación distanciada y superficial lo acompañaban, creando una barrera que le costaba derribar incluso con las personas más cercanas.

Fue Jimin quien, sin saberlo, lo ayudó a superar esa carga. Cuando lo conoció, Jungkook se dio cuenta de que, por primera vez, podía ser completamente él mismo, sin miedo a ser juzgado o menospreciado. Su omega no veía el apellido que llevaba ni el peso de las expectativas que cargaba, solo veía al chico que amaba el arte, que se escondía detrás de un seudónimo y que buscaba su propio lugar en el mundo.

Con el tiempo, Jimin lo había ayudado a sanar, llenando los vacíos que su padre había dejado y brindándole un apoyo que nunca antes había sentido.

En ese instante, el alfa se preparaba mentalmente para enfrentar a su propio padre.

El tatuado se mantuvo firme frente a su padre, sintiendo la tensión en el aire. La oficina era un reflejo del hombre que lo ocupaba: fría, meticulosamente ordenada, y carente de cualquier calidez. Su padre lo miraba con una seriedad que presagiaba la conversación que estaba a punto de tener lugar.

—¿Vienes a pedirme algo? —preguntó el CEO, su tono casi despectivo.

—No, no vengo a pedirte nada —respondió Jungkook, respirando hondo—. Vengo a romper lazos contigo.

Las palabras quedaron suspendidas en el aire, y el silencio se volvió abrumador. El rostro de su padre se endureció, pero el alfa no retrocedió. Sabía que tenía que ser valiente.

—Siempre has estado más preocupado por tus negocios que por mí. No hay espacio para mis sueños en tu mundo. Para ti, el arte no es más que una distracción, pero es mi vida. He estado tratando de complacer a un hombre que nunca ha querido conocerme realmente.

Su padre arqueó una ceja, claramente sorprendido por la audacia de su hijo.

—No entiendo por qué te quejas. Te he dado todo lo que necesitas: educación, una vida cómoda. ¿Qué más quieres?

—Quiero ser yo mismo. Quiero perseguir mis sueños y ser feliz. Mi omega me ha mostrado lo que es vivir sin miedo, sin sentir que tengo que esconderme detrás de tu sombra —Jungkook dijo, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.

Su padre lo miró con desdén.

—Entonces estás eligiendo un camino equivocado. El arte no te llevará a ninguna parte.

—Quizás no me lleve a donde tú quieres que vaya, pero es mi camino. Y estoy cansado de vivir con la constante presión de cumplir con tus expectativas —respondió Jungkook, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo.

—¿Y qué pasará cuando falles? ¿Te quedarás sin nada? —su padre replicó, tratando de aferrarse a la conversación.

—Prefiero arriesgarme a ser feliz que vivir en este vacío. No puedo seguir siendo el hijo que nunca has querido. Así que, si eso significa romper con tu visión de lo que debería ser, entonces estoy listo para hacerlo —dijo Jungkook con firmeza.

En ese momento, su padre dejó de mirar a su hijo como un simple proyecto de éxito. La mirada de desdén se transformó en una mezcla de ira y incredulidad. Pero Jungkook no se sintió intimidado. Era liberador, casi como si una pesada carga se hubiera desvanecido de sus hombros.

—Así que, ¿estás eligiendo a ese chico sobre mí? No puedo creer que seas tan ingenuo —dijo su padre, su voz más fría que nunca.

—Jimin es más que un chico para mí; él me ha enseñado lo que significa ser amado y aceptado. A diferencia de ti —Jungkook replicó, sin vacilar.

—Esto es un error, Jungkook —su padre advirtió, pero el alfa ya no tenía miedo.

—Quizás, pero es un error que tengo que cometer. No estoy dispuesto a dejar que tu ambición me defina. Ya no.

Con esas palabras, el alfa se levantó, se dio la vuelta y salió de la oficina, dejando atrás un padre que nunca supo cómo amarlo. Había tomado la decisión de ser auténtico, y con Jimin a su lado, estaba listo para enfrentarse a cualquier desafío que viniera.

A medida que se alejaba de la oficina, un aroma familiar lo envolvió: el reconfortante aroma a moras que emanaba de si mismo, su alfa interior. Era una fragancia que no había sentido desde la muerte de su madre, pero que había vuelto gracias a su omega. Era un recordatorio del amor y la aceptación que había encontrado con Jimin. Su padre nunca había prestado atención a esos aspectos de su vida, considerando siempre que el arte y la vulnerabilidad eran signos de debilidad.

Jungkook sabía que el camino sería difícil, pero al menos ya no tendría que cargar con el peso de las expectativas de su padre. Estaba listo para pintar su propio destino, y ahora no estaba solo.

Nota: La historia ha llegado a su fin, pero los personajes y sus vivencias continúan

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Nota: La historia ha llegado a su fin, pero los personajes y sus vivencias continúan. ¡Gracias por leer! <3

Pinceladas del Destino 🎨 [𝗸𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻; 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora