✦ - Closer 🎨

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Capítulo 30.

El atardecer dorado pintaba el cielo cuando el omega llegó a la casa de Jungkook. Jimin podía sentir que algo era distinto, como si su omega anticipara algo que él aún no notaba. El rubio no sabía que era pero se sentía nervioso, por lo que se detuvo a respirar en el ascensor que subía al departamento de Jungkook y se miró en el espejo que este tenía, arreglando su cabello rubio -ya algo largo- y su chaqueta Northface.

Cuando el omega llegó al fin a la puerta del alfa, apenas pudo tocar cuando Jungkook abrió la puerta casi de inmediato. el omega fue recibido con una sonrisa cálida, aunque notó un leve temblor en los labios del alfa.

Jimin tragó saliva. El aroma a moras estaba presente, aún más fuerte que antes, y el rubio no pudo evitar sentirse un poco mareado, aunque trató de no dejar que eso lo perturbara.

Bueno, su omega ya estaba vuelto loco.

—¡Hola! —dijo Jungkook con quizás demasiado entusiasmo, abriendo la puerta más para darle paso. —¡Qué bueno que llegaste!

—Hola, Kook —respondió el imega, intentando ocultar el mareo y el sonrojo que sentía. —Aquí estoy.

Jungkook estaba vestido como siempre muy relajado con ropa de hogar, pero se veía distinto y el omega ya se estaba preocupando.

El alfa lo condujo al interior de su casa, todos sus instrumentos de pintura tirados por todos lados en un caos artístico.

—Aquí estamos —dijo Jungkook, señalando el área de trabajo—. Ya casi está listo, solo necesitamos terminar algunos detalles del rostro y después podemos cenar algo. ¿Te parece?

Jimin, aunque estaba tratando de mantener la calma, no pudo evitar notar el nerviosismo palpable de Jungkook. Al mirar al alfa, sus instintos le decían que algo no estaba bien.

—¿Estás bien, Jungkook? —preguntó Jimin, tratando de leer su expresión.

Jungkook se rasca la nuca, visiblemente inquieto. —¿Por qué lo preguntas? —respondió, intentando sonar casual pero con una ligera nerviosidad en su tono.

En ese momento, Jimin dejó escapar un poco de sus feromonas de omega sin darse cuenta. Notó cómo las pupilas del alfa se dilataban de inmediato. Jungkook se quedó congelado por un segundo, mirando fijamente a Jimin, antes de sacudir la cabeza con rapidez.

—No sé qué me pasa —dijo el de aroma a moras, dejándose caer en el sofá y negando con la cabeza. —Solo... no estoy seguro de lo que está sucediendo.

El omega se acercó, preocupado pero también intrigado. —¿Seguro que estás bien? Parece que algo te afecta.

Jungkook tomó una respiración profunda, tratando de recomponerse, pero eso solo hizo que se altere más. —Sí, solo... no sé. Quizás es el estrés de la universidad. Vamos a centrarnos en terminar el retrato y luego cenamos, ¿de acuerdo?

Jimin asintió, aunque no podía sacudirse la sensación de que algo importante estaba ocurriendo. Caminó hacia el área de trabajo, observando los instrumentos de pintura esparcidos por el suelo, mientras trataba de entender lo que había sucedido.

El omega comenzó a posar para la pintura, intentando concentrarse en la tarea y dejar de lado el malestar que sentía. Sin embargo, no podía evitar observar cómo el tatuado parecía cada vez más desorientado. El alfa miraba el lienzo sin realmente enfocarse en él, su mente evidentemente perdida en algún lugar distante. Las pinceladas de Jungkook eran torpes, y su respiración se volvía cada vez más irregular.

El rubio, notando el creciente estado de agitación en el alfa, decidió intervenir. Colocó cuidadosamente una mano en el borde del lienzo, levantándose lentamente de su lugar y acercándose al alfa con la intención de averiguar qué le estaba pasando.

Pinceladas del Destino 🎨 [𝗸𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻; 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora