Capítulo 7: El Santuario Despierta

22 5 0
                                    

El aire en el santuario se había vuelto más denso y cargado después de la intervención de Ashara. A pesar de la calma que había dejado a su paso tras la derrota de la Quimera de Lava, el ambiente estaba saturado de una energía latente, como si el mismo lugar estuviera atento a cada uno de sus movimientos. Thalen, Kaen, y Lira continuaban adentrándose en el oscuro corazón del santuario, sus pasos resonando con cautela sobre la piedra calcinada.

El silencio reinante permitía que cada sonido se amplificara: el chasquido de sus botas sobre las losas irregulares, el goteo esporádico de agua que se filtraba desde algún punto lejano, y el crujido de las llamas que aún ardían en las paredes, recordándoles la presencia de Ashara. Thalen sentía un creciente nerviosismo a medida que avanzaban, pero también una extraña conexión con las sombras que los rodeaban. El santuario parecía responder a su presencia, como si una energía oscura lo estuviera llamando.

Kaen avanzaba en silencio, guiado por su agudo instinto. A pesar de lo sucedido con Ashara, no se dejaba intimidar por su poder. Sabía que las pruebas del santuario eran muchas, y que, aunque ella hubiera derrotado a la Quimera, no significaba que hubiera superado todos los obstáculos. Lira, por su parte, mantenía su mirada fija en las paredes y el suelo, buscando signos de más trampas o pistas que pudieran ayudarlos en su avance.

Kaen: (deteniéndose de repente) "Aquí... Hay algo raro en esta parte del suelo."

Los tres se detuvieron, observando con atención. Kaen señaló una serie de inscripciones apenas visibles que se extendían sobre la superficie rocosa. Las letras estaban desgastadas por el tiempo, pero seguían irradiando un tenue brillo azul que parecía reaccionar a su proximidad. Lira se arrodilló para examinarlas más de cerca.

Lira: "Son runas de sellado. Este tipo de magia es muy antigua... y peligrosa. Protegen algo importante, o tal vez algo que no debería ser desatado."

Thalen sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las sombras a su alrededor comenzaron a vibrar levemente, como si estuvieran alertándolo de un peligro inminente. Sus manos se apretaron instintivamente, intentando controlar la oscuridad que parecía querer liberarse por su cuenta.

Kaen: "¿Podemos desactivarlas?"

Lira frunció el ceño, trazando las líneas de las runas con los dedos, pero sin tocarlas directamente.

Lira: "Es posible, pero necesitaré tiempo y concentración. Si hacemos esto mal, podríamos activar alguna trampa oculta, o peor."

Kaen asintió, dándole espacio a Lira para que trabajara. Mientras tanto, Thalen se movió hacia un lado, tratando de calmar las sombras que parecían más inquietas con cada minuto que pasaba. Sus pensamientos estaban divididos entre su creciente preocupación por el poder que albergaba y el inminente peligro del santuario.

Kaen, siempre alerta, no dejaba de observar su entorno. Sabía que no podían permitirse bajar la guardia, especialmente después de la advertencia de Ashara. Si había algo que aprender de ella, era que el santuario tenía muchas capas de protección, y cualquier error podría costarles caro.

Un sonido sutil pero persistente llegó a sus oídos, algo que no pertenecía a la naturaleza estática del santuario. Kaen entrecerró los ojos, agudizando sus sentidos. De algún lugar, más adelante en el corredor, llegaba un suave susurro, como el eco de una conversación lejana. Era difícil discernir las palabras, pero la presencia detrás de esos murmullos le puso los pelos de punta.

Kaen: (en voz baja) "Hay algo... más adelante. No estamos solos aquí."

Thalen dejó de luchar contra sus sombras por un momento, prestando atención. También lo sintió: una presencia desconocida que emanaba de los recovecos más oscuros del santuario. A medida que avanzaban, la conexión de Thalen con la oscuridad parecía intensificarse, como si el lugar estuviera sintonizado con su poder sobre las sombras.

Lira se levantó lentamente, habiendo desactivado la primera de las runas con éxito. Sin embargo, había más por delante. Con un gesto de la mano, hizo un movimiento circular, invocando una corriente de aire que desveló más runas escondidas bajo el polvo y los escombros.

Lira: (susurrando) "Esto no será fácil. Pero si seguimos adelante con cuidado, podemos llegar más lejos que Ashara."

Kaen asintió, aunque sabía que cualquier movimiento en falso podría provocar una catástrofe. Pero algo en su interior le decía que debían continuar, incluso si el peligro era palpable. El santuario no solo protegía el Corazón de Fuego, sino otros secretos más antiguos, ocultos a lo largo de generaciones.

Kaen: "Avancemos con precaución, pero no podemos detenernos aquí."

Siguieron adelante, moviéndose con cautela por los corredores angostos. Cada paso era una lucha contra el lugar mismo, pero también contra sus propios miedos. Thalen intentaba dominar sus sombras, sintiendo que el poder dentro de él crecía con cada segundo. Sabía que no podía ignorarlo por mucho más tiempo. Pronto tendría que confrontar lo que realmente significaba tener ese poder sobre la oscuridad.

Después de una hora de avance, llegaron a una vasta cámara oculta bajo el santuario. El techo era alto y las paredes estaban cubiertas de símbolos antiguos, algunos brillando débilmente, como si intentaran despertar de un largo sueño. En el centro de la cámara, había una plataforma de piedra sobre la cual reposaba una figura esculpida en lava solidificada, casi como un guardián dormido.

Lira: (sorprendida) "¿Qué es esto? Parece... una figura de algún dios antiguo."

Kaen estudió la figura, notando que en su pecho había una hendidura circular, como si estuviera esperando algo.

Kaen: "No es solo una estatua. Esto es parte de las pruebas. Algo falta aquí."

Thalen dio un paso al frente, sus sombras bailando a su alrededor, inquietas. Algo dentro de él resonaba con la figura de piedra. Su instinto le decía que estaba conectado con esta prueba, pero no sabía cómo.

Thalen: "Lo que sea que esté faltando... también está conectado conmigo. Puedo sentirlo."

Kaen lo miró, con una mezcla de escepticismo y curiosidad.

Kaen: "¿Crees que puedes activarlo?"

Thalen dudó por un momento, pero luego asintió. Sabía que las sombras respondían a su llamado, pero aquí, en este santuario, sentía que había algo más en juego. Tomó una respiración profunda y extendió sus manos hacia la figura, concentrando su poder en las sombras que lo rodeaban.

De repente, las sombras se lanzaron hacia la figura de piedra, envolviéndola en una oscuridad densa y pulsante. La estatua comenzó a brillar débilmente con un resplandor anaranjado, como si estuviera siendo despertada de un largo letargo. Entonces, el santuario tembló.

La figura abrió los ojos, dos orbes incandescentes que irradiaban un calor sofocante. Las sombras y el fuego se entrelazaron alrededor de ella, y con una voz profunda y resonante, habló.

Figura: "Solo aquellos que dominan la oscuridad y la luz pueden superar la prueba final del Santuario de Fuego."

Kaeloria: El Despertar de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora