Capítulo 19: Verdonis

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El viaje hacia Verdonis, el vasto reino de la tierra, fue arduo y lleno de desafíos. Mientras dejaban atrás las tierras ventosas de Skyreach, el grupo sintió un cambio palpable en el ambiente. El aire se volvió más pesado, cargado de la esencia mineral de la tierra y el aroma de la vegetación exuberante. Lira, Kaen, Varyn, y Thalen avanzaban con determinación, sabiendo que cada paso los acercaba al guardián de la tierra y a la siguiente pieza crucial en su misión para detener al Desgarrador.

A medida que se adentraban más en Verdonis, el paisaje cambió drásticamente. Los vastos campos verdes dieron paso a colinas rocosas y cañones profundos. Grandes formaciones de piedra, erosionadas por el tiempo, se alzaban como gigantes dormidos, y raíces de árboles milenarios se entrelazaban con las rocas, formando caminos naturales que solo los habitantes de la tierra conocían.

Finalmente, el grupo llegó a la ciudad de Trelas, una metrópolis construida en simbiosis con la naturaleza. Los edificios estaban esculpidos directamente en la roca, con raíces y ramas que servían como soportes naturales. Cascadas de agua cristalina fluían entre las calles empedradas, y la vegetación crecía en cada rincón, como si la tierra misma se negase a ser contenida.

Thalen miró a su alrededor con asombro. Nunca había visto un lugar como Trelas, donde la naturaleza y la arquitectura se unían en perfecta armonía.

Lira: "Este lugar es... impresionante. Nunca imaginé que los Sintientes de la Tierra vivieran en un lugar así."

Varyn: "Verdonis es un reino de resiliencia y fuerza. Cada piedra, cada árbol, cuenta una historia antigua. Aquí, la tierra misma es sagrada."

Mientras exploraban la ciudad, el grupo se encontró con los habitantes de Trelas, quienes los miraban con una mezcla de curiosidad y respeto. Los Sintientes de la Tierra eran conocidos por su conexión profunda con el suelo, y muchos de ellos podían moldear la roca y la flora con un simple gesto. Los niños jugaban con piedras que flotaban en el aire, mientras los ancianos conversaban bajo la sombra de árboles gigantescos.

Sin embargo, no todos los habitantes estaban tan abiertos a los forasteros. Un grupo de guardias de Trelas, vestidos con armaduras de piedra y madera, se acercó al grupo con desconfianza.

Guardia: "¿Quiénes son y qué buscan en Verdonis?"

Kaen dio un paso adelante, con el ceño fruncido.

Kaen: "Somos viajeros en una misión para salvar Kaeloria. Buscamos al guardián de la tierra."

Los guardias intercambiaron miradas, claramente sorprendidos por la declaración.

Guardia: "El guardián de la tierra no se encuentra fácilmente. Solo aquellos dignos pueden llegar hasta él. Si no son más que meros forasteros, les sugiero que vuelvan por donde vinieron."

Thalen, sintiendo la urgencia de su misión, intervino.

Thalen: "No somos simples forasteros. Ya hemos superado las pruebas de los vientos y el fuego. Necesitamos la ayuda del guardián de la tierra para detener una amenaza que podría destruirnos a todos."

Los guardias parecieron dudar por un momento, pero antes de que pudieran responder, una figura salió de entre la multitud. Era una mujer alta, con una piel oscura y ojos del color de la obsidiana. Su cabello estaba trenzado y adornado con pequeñas piedras preciosas, y llevaba un vestido hecho de raíces y hojas entrelazadas.

Mujer: "Déjalos pasar, Karg. Si realmente han venido por el guardián, merecen al menos una oportunidad para demostrar su valía."

El guardia llamado Karg asintió y dio un paso atrás.

Karg: "Como desees, Eris."

Eris: "Soy Eris, líder de los Sintientes de la Tierra en Trelas. Acompáñenme, hay mucho que deben saber antes de enfrentar las pruebas del guardián."

Eris guió al grupo a través de Trelas, llevándolos a un vasto salón subterráneo iluminado por cristales que brillaban con una luz cálida. Las paredes del salón estaban cubiertas de inscripciones antiguas, contando historias de batallas pasadas, profecías y la creación misma de Verdonis.

Eris: "El guardián de la tierra reside en lo profundo de Azhir, el corazón de Verdonis. Solo aquellos que demuestran un vínculo genuino con la tierra pueden acceder a él. Y aunque su misión es noble, la prueba no será fácil. Cada uno de ustedes deberá enfrentar sus propios miedos y superar sus limitaciones."

Lira: "¿Cómo podemos prepararnos para algo así?"

Eris: "No hay preparación suficiente. Lo que enfrentaran será tan antiguo como la tierra misma. Pero si logran pasar la prueba, el guardián les otorgará su bendición, y con ella, el poder necesario para detener al Desgarrador."

Varyn: "Entonces, ¿cuándo comenzamos?"

Eris sonrió levemente.

Eris: "El viaje a Azhir es largo y peligroso. Partiremos al amanecer. Hasta entonces, descansen y prepárense. Verdonis puede parecer pacífico, pero sus secretos son profundos y mortales."

Mientras el grupo se retiraba a descansar, Thalen no podía dejar de pensar en las palabras de Eris. Sabía que la prueba sería difícil, pero también sabía que no podía permitirse fallar. La responsabilidad que sentía sobre sus hombros crecía con cada paso que daba, y aunque sus habilidades con el agua y las sombras habían mejorado, no estaba seguro de si serían suficientes para lo que estaba por venir.

Esa noche, mientras descansaban en una cueva iluminada por suaves luciérnagas, Thalen se alejó del grupo, buscando un momento de soledad. Se sentó en una roca, cerrando los ojos y concentrándose en su respiración. Sentía la tierra bajo sus pies, la humedad en el aire, y las sombras que se movían alrededor de él.

Thalen: "Si realmente soy parte de esta profecía, entonces necesito entender mejor lo que soy capaz de hacer..."

Concentrándose, extendió una mano hacia adelante, invocando tanto el agua como las sombras al mismo tiempo. El agua se materializó en el aire, flotando en pequeñas esferas a su alrededor, mientras que las sombras se alargaban y tomaban formas indefinidas. Thalen las entrelazó, formando una figura compuesta de agua y sombra, una mezcla que reflejaba la dualidad de su poder.

Mientras observaba la figura danzando en el aire, sintió una conexión más profunda con ambos elementos. Sabía que su poder no era una maldición, sino una herramienta, una parte integral de su ser. Y mientras practicaba, el miedo que había sentido antes comenzó a desvanecerse, reemplazado por una determinación renovada.

Mañana enfrentaríanlas pruebas de Azhir, y Thalen estaba más decidido que nunca a demostrar suvalía. La tierra, el agua, y las sombras serían sus aliados, y con ellos,salvaría Kaeloria del destino que les esperaba.

Kaeloria: El Despertar de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora