Capítulo 12: El Nexo de los Vientos

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El rugido de los truenos llenaba el cielo cuando Thalen, Lira, Kaen, y Varyn avanzaban a través de las corrientes del viento, montados en las gigantescas criaturas aladas conocidas como Thalyons. Estas majestuosas bestias, con plumas iridiscentes y cuerpos ágiles, surcaban los cielos de Skyreach con destreza, esquivando las nubes de tormenta y las ráfagas repentinas. A medida que se aproximaban al Nexo de los Vientos, el aire se volvía más denso y cargado de energía, una señal clara de que algo anormal estaba ocurriendo.

Thalen, sentado sobre uno de los Thalyons, sentía la presión en el ambiente aumentar con cada kilómetro recorrido. Su conexión con el agua le permitía percibir la humedad condensándose a su alrededor, pero había algo más. Desde que había comenzado a controlar las sombras, había aprendido a detectar energías oscuras, y el Nexo desprendía una inquietante vibración que no podía ignorar.

Lira lideraba el grupo, su cabello plateado ondeando al viento, fusionándose casi con el aire que la rodeaba. A cada paso, su control sobre las corrientes se fortalecía, como si las mismas Tierras del Viento la reconocieran como su hija. Sin embargo, también podía sentir la perturbación en el equilibrio; el viento, normalmente dócil y obediente a su voluntad, se mostraba rebelde, torciendo las corrientes de manera impredecible.

Kaen, con sus ojos ardientes, se mantenía en alerta constante. Aunque el fuego no era el elemento dominante aquí, su conexión con las llamas le proporcionaba una ventaja única: podía percibir los patrones de calor en el aire, detectando cambios en la temperatura que indicaban posibles peligros inminentes. Y lo que estaba sintiendo ahora era alarmante; las tormentas que se avecinaban no eran naturales, y su origen era mucho más oscuro de lo que imaginaba.

Varyn, el observador silencioso del grupo, mantenía su mente enfocada en la misión. Su conexión con la tierra era tenue en estas alturas, pero sus habilidades mágicas le permitían percibir las energías que fluían bajo la superficie de los eventos. Sabía que no se trataba solo de una perturbación elemental; había una mano más siniestra moviendo los hilos detrás de todo esto.

El Nexo de los Vientos se reveló ante ellos después de varias horas de vuelo, emergiendo de las nubes como una estructura imponente. Era una torre flotante, gigantesca y antigua, hecha de piedra gris y cristal brillante que reflejaba las luces del cielo. Se alzaba en espiral hacia los cielos, sosteniéndose en el aire por columnas de viento que giraban y se arremolinaban a su alrededor. En la cima, los Sintientes del Viento más poderosos se reunían para meditar y regular las corrientes que fluían por todo Kaeloria.

Pero lo que encontraron no era la imagen serena y majestuosa que Lira había conocido en su juventud. Las corrientes que normalmente fluían con armonía ahora se arremolinaban de manera violenta alrededor del Nexo, como si una fuerza invisible las estuviera manipulando. Relámpagos zigzagueaban entre las nubes, creando grietas en el aire, y el estruendo de los truenos retumbaba con tal fuerza que hacía temblar el suelo mismo de las plataformas flotantes.

Lira descendió con gracia junto a su Thalyon en una de las plataformas más bajas del Nexo, mientras los demás aterrizaban a su lado con más dificultad. A medida que se acercaban, pudieron ver a los Guardianes del Nexo, figuras envueltas en túnicas blancas y doradas, luchando por mantener el equilibrio en las corrientes de viento. Sus rostros estaban marcados por la tensión, y sus poderes parecían insuficientes ante el caos que se desarrollaba a su alrededor.

Un Guardián, con el cabello largo y dorado y una cicatriz en el rostro que lo atravesaba desde la frente hasta la mejilla, se adelantó para recibirlos. Itharos era su nombre, uno de los Sintientes más poderosos de Skyreach, conocido por su dominio absoluto de las tormentas.

Itharos: "Lira, hija de los vientos. No esperaba verte aquí en medio de esta catástrofe."

Lira asintió con seriedad, mirando alrededor a las corrientes descontroladas.

Lira: "Las corrientes no deberían comportarse así, Itharos. ¿Qué ha cambiado?"

Itharos frunció el ceño y señaló hacia la cima del Nexo, donde la tormenta parecía concentrarse con más fuerza.

Itharos: "Algo ha despertado en el núcleo del Nexo. No sabemos qué, pero ha empezado a afectar las corrientes de todo Skyreach. Nuestra magia es fuerte, pero está siendo superada por una presencia que no podemos identificar. Nos tememos que esté conectado con las recientes perturbaciones en el equilibrio de Kaeloria."

Thalen dio un paso adelante, sus ojos brillando con una determinación renovada.

Thalen: "Hemos escuchado de algo similar en Ashenor: Tierras del Fuego. Esta inestabilidad podría estar relacionada con el despertar de una antigua fuerza oscura. Una que no podemos ignorar."

Itharos lo miró con atención, evaluando sus palabras, antes de asentir gravemente.

Itharos: "Entonces, tal vez ya no sea solo un problema de las Tierras del Viento. Si están en lo correcto, el equilibrio de todos los elementos está en peligro."

Varyn, siempre pragmático, se adelantó.

Varyn: "Si esta fuerza está en el núcleo del Nexo, debemos bajar y enfrentarnos a ella directamente. No tiene sentido tratar de controlar las corrientes desde la superficie si no lidiamos con la fuente del problema."

Lira miró a Varyn y luego a Itharos, asintiendo en acuerdo.

Lira: "Tienes razón. Si la raíz del problema está en el núcleo, debemos descender hasta allí. Pero será peligroso. Las corrientes están descontroladas y las tormentas se intensifican cada vez más."

Kaen, con su impetuosidad característica, sonrió de medio lado.

Kaen: "Peligro es nuestro segundo nombre, ¿verdad? Ya hemos pasado por lo peor en las Tierras del Fuego. Estoy listo para lo que venga."

Itharos los guió hacia una entrada oculta en la base del Nexo, una puerta antigua tallada en la roca misma. Al abrirse, reveló una escalera en espiral que descendía hacia el interior de la torre. El aire se volvió más pesado a medida que bajaban, y la oscuridad se cernía sobre ellos, solo rota por las luces azules y verdes que emanaban de las paredes de cristal. Era como si estuvieran adentrándose en las entrañas mismas del viento, un lugar donde la magia elemental se mezclaba con las fuerzas más antiguas del mundo.

A medida que se acercaban al núcleo, el sonido de las corrientes se intensificaba. Un rugido constante llenaba el aire, como el de una tormenta que nunca cesaba. Y, de repente, lo vieron. En el centro de la cámara, una esfera oscura, pulsante, flotaba suspendida sobre un pedestal de cristal. De ella emanaban tentáculos de viento y sombra, retorciéndose en el aire como si tuvieran vida propia.

Thalen sintió que su corazón latía con fuerza al ver la esfera. Había algo profundamente familiar en ella, una sensación que le recordaba a sus propias sombras. Instintivamente, dio un paso hacia adelante, extendiendo su mano hacia la oscuridad.

Lira, notando el peligro, lo detuvo rápidamente.

Lira: "Cuidado. Esa cosa está conectada al desequilibrio. No podemos acercarnos sin un plan."

Pero Thalen no retrocedió. Sabía que esta era una prueba, no solo para él, sino para todos ellos. El equilibrio de Kaeloria dependía de su habilidad para enfrentarse a esta oscuridad, para dominar sus propios miedos y liberar el poder que llevaban dentro.

Thalen: "No es solo viento lo que hay aquí... también es sombra."

Varyn observó la esfera con cautela.

Varyn: "Entonces, esto no es solo un problema del viento. Esta entidad ha comenzado a mezclar los elementos, creando caos en todo el sistema elemental. Si no la detenemos aquí, el desequilibrio se extenderá a todas las facciones."

Kaen apretó los puños, llamas brillando entre sus dedos.

Kaen: "Entonces, acabemos con esto."

Con una mezcla de determinación y temor, el grupo se preparó para enfrentarse a la oscuridad que estaba desmoronando el equilibrio de Kaeloria. Sabían que, si fallaban aquí, las consecuencias se sentirían en todo el mundo. Pero también sabían que estaban más unidos y más fuertes que nunca, listos para enfrentar cualquier desafío que el destino les pusiera delante.

Kaeloria: El Despertar de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora