Capítulo 21: El Retorno a Oceval

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El grupo emergió de las profundidades de Azhir, cansados pero victoriosos. El guardián de la tierra les había otorgado su bendición, y con ella, un nuevo poder que resonaba en sus corazones. Sin embargo, el viaje no terminaba allí. Sabían que la siguiente parada era Oceval, el hogar de Thalen, donde buscarían al guardián del agua.

Antes de abandonar Verdonis, Eris, la líder de los Sintientes de la Tierra, se acercó al grupo. A su lado caminaba un joven Sintiente, con piel de un tono terroso y ojos que reflejaban la profundidad de las raíces más antiguas. Se notaba que su conexión con la tierra era intensa y natural.

Eris: "Este es Ryen. Es uno de nuestros más prometedores Sintientes, y ha demostrado tener un vínculo especial con la tierra. Él los acompañará en su viaje, llevando consigo el poder de Verdonis y ayudando a su misión."

Ryen: "Es un honor unirme a ustedes. He oído hablar de sus hazañas, y sé que juntos podemos enfrentar lo que venga."

El grupo lo aceptó con gusto, sabiendo que la presencia de un Sintiente de la Tierra sería invaluable en los desafíos que aún les aguardaban.

El viaje a Oceval fue largo y estuvo lleno de reflexión para Thalen. Mientras atravesaban las verdes planicies de Verdonis, que poco a poco se transformaban en los caminos costeros de Oceval, Thalen sentía una mezcla de emociones. Volver a su hogar traía consigo una sensación de nostalgia, pero también una responsabilidad abrumadora. Sabía que en Oceval se esperaba más de él, tanto por su pasado como por lo que ahora representaba.

A medida que se acercaban al reino del agua, Thalen comenzó a sentir la familiaridad del agua en el aire. La brisa salina, el murmullo de las olas, y la humedad que impregnaba todo a su alrededor despertaron en él una energía renovada. En su mente, las enseñanzas de Verdonis y las experiencias en Azhir se entrelazaban con sus raíces acuáticas, formando un equilibrio que nunca antes había experimentado.

Lira: "Thalen, parece que el mar te está llamando."

Thalen: "Sí, lo siento en cada fibra de mi ser. Oceval siempre ha sido parte de mí, pero ahora es diferente. Puedo escuchar la canción del agua más claramente que nunca."

Mientras avanzaban, Thalen empezó a practicar su conexión con el agua. Con un simple gesto, podía hacer que las corrientes respondieran a su voluntad, creando figuras de agua que bailaban en el aire antes de volver al mar. Pero no se detenía ahí; recordando las lecciones de Verdonis, también intentaba entrelazar esa fluidez con la estabilidad de la tierra que había aprendido. Su control se hacía más preciso, más natural.

Cuando finalmente llegaron, Oceval se desplegó ante ellos en todo su esplendor. La ciudad flotante se balanceaba suavemente con las olas del océano azul profundo. Las plataformas conectadas por puentes de cristal parecían flotar sin esfuerzo sobre las aguas, impulsadas por las corrientes y la magia de los Sintientes del Agua. El sol se reflejaba en la superficie, y la brisa marina acariciaba sus rostros, trayendo consigo el aroma salado del mar y el canto lejano de las aves marinas.

Kaen: "Oceval es aún más impresionante de lo que imaginé. Este lugar tiene un aura mágica."

Varyn: "Y también un gran desafío. No olvidemos por qué estamos aquí."

Thalen: "El guardián del agua nos espera. No sé qué pruebas nos enfrentaremos, pero estoy listo. Oceval es mi hogar, y no puedo fallarles."

Ryen observaba con curiosidad y respeto. Aunque Verdonis era su hogar, podía sentir la poderosa conexión que Thalen tenía con Oceval. Sabía que aprendería mucho de él en su viaje.

Eris había mencionado que el guardián del agua residía en las profundidades del Mar de Cristal, un lugar donde las corrientes eran impredecibles y las criaturas marinas protegían los secretos más antiguos de Kaeloria. La travesía hasta allí sería peligrosa, pero el grupo estaba decidido a continuar.

A medida que caminaban por las plataformas cristalinas, los habitantes de Oceval los observaban con curiosidad. Thalen se sentía extraño estando de regreso, pero su conexión con el lugar nunca había sido tan fuerte. Podía sentir la vibración del agua bajo sus pies, como si la misma Oceval lo estuviera saludando.

De repente, una figura familiar apareció en la distancia. Una mujer de cabello plateado que caía en cascada hasta su cintura se acercaba hacia ellos, su túnica azul marino adornada con patrones que evocaban las ondas del océano. Sus ojos, de un azul profundo y sabio, se posaron en Thalen con una mezcla de aprobación y preocupación.

Lira: (sonriendo) "La maestra Lian..."

Thalen: (con una sonrisa) "Es bueno verla de nuevo."

Maestra Lian: "Thalen, ha pasado mucho tiempo. Sabía que este día llegaría, aunque no esperaba verte de regreso tan pronto... y en medio de una misión tan peligrosa."

Thalen: "El guardián del agua nos espera, maestra. Oceval necesita nuestra ayuda."

Maestra Lian: "Lo sé. La marea ha cambiado en el reino del agua, y las corrientes son cada vez más impredecibles. Pero tú has crecido, Thalen. Lo siento en ti, en tu conexión con el agua. El Mar de Cristal te pondrá a prueba como nunca antes, pero creo en ti."

Lira: "¿Y en nosotros?"

Maestra Lian: (sonriendo) "También en ustedes, por supuesto."

La Maestra Lian los guio a través de Oceval, hacia los acantilados donde se encontraba la entrada al Mar de Cristal, el lugar donde se encontraba el guardián del agua. El sonido de las olas era más fuerte aquí, y el agua se veía más oscura y misteriosa, como si escondiera secretos antiguos bajo su superficie.

Maestra Lian: "Las pruebas serán arduas, pero si trabajan juntos, podrán superarlas. Thalen, escucha al agua. Deja que te guíe, como siempre lo ha hecho."

Thalen asintió, sintiendo una energía renovada fluir a través de él. Sabía que su viaje no sería fácil, pero con cada paso, su conexión con Oceval y con su propio poder se hacía más fuerte.

Maestra Lian: "Recuerda, Thalen. No solo eres un Sintiente del Agua. Dentro de ti hay mucho más. El guardián lo verá."

El grupo se preparó para adentrarse en el Mar de Cristal, sabiendo que el guardián del agua los esperaba. Thalen lideraba el camino, con el sonido del agua resonando en sus oídos y la fuerza de todos los elementos impulsándolo hacia adelante.

Con su nueva comprensión de los elementos, se sentía más preparado que nunca. Sabía que su poder no solo residía en el agua y las sombras, sino en la capacidad de adaptarse y aprender de cada elemento que encontraba. Oceval sería el siguiente paso en su camino hacia el dominio completo de su poder y la salvación de Kaeloria.

Kaeloria: El Despertar de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora