Capítulo 34: Lazo

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El aire en Kaeloria estaba cargado de una tensión palpable, como una cuerda tirante que amenazaba con romperse. Aunque habían repelido el primer ataque del Desgarrador, la sensación de victoria era efímera. El cielo sobre Ashenor se oscurecía nuevamente, como si una sombra aún más profunda se extendiera desde los confines del abismo.

Thalen no podía ignorar el persistente malestar que crecía dentro de él. A pesar de que el Corazón de Fuego seguía siendo la barrera que mantenía al Desgarrador a raya, algo oscuro se movía en las sombras. Una presencia, distante pero sofocante, estaba intentando abrirse paso a través de las capas de luz y fuego.

Mientras el equipo reforzaba las defensas y preparaba nuevas estrategias, Thalen decidió hacer algo que no había compartido con los demás. Tenía que enfrentarse a esa sensación, esa conexión incómoda que sentía con el Desgarrador. Sentía que había algo más profundo, algo relacionado con su propio destino y la profecía que los había guiado hasta este punto.

Cuando la luna estaba oscurecida por nubes pesadas, Thalen se deslizó fuera del campamento en silencio. Sin decírselo a nadie, caminó hacia un claro en los bosques más allá del santuario. Las sombras bailaban alrededor de él, susurrando cosas que apenas podía entender. Cerró los ojos, se centró en el silencio interior y permitió que su poder se fusionara con las sombras.

Al principio, todo fue oscuridad. El silencio se volvió más espeso, como si el aire mismo se convirtiera en un vacío insondable. Y entonces, un frío intenso lo envolvió. Una figura emergió de la negrura, casi indistinguible de las sombras que lo rodeaban. Era el Desgarrador. O al menos, una parte de él. Aún no había despertado por completo, pero su esencia estaba allí, tangible y poderosa.

Desgarrador: "Sabía que vendrías. Hay un lazo entre nosotros, Thalen. Siempre lo ha habido. No puedes evitarlo, aunque lo intentes."

La voz del Desgarrador era como el eco de mil susurros, antiguos y llenos de malevolencia. Pero Thalen no retrocedió. En lugar de eso, reunió sus fuerzas, sintiendo cómo el agua, la tierra, el viento y el fuego fluían a través de él, interconectados por los lazos que había formado con sus compañeros y con los otros Sintientes. No estaba solo, aunque en ese momento estuviera enfrentándose al Desgarrador por sí mismo.

Thalen: "No te temo. Ya no soy el mismo que antes. He crecido. Hemos crecido. Y no permitiré que destruyas este mundo."

El Desgarrador sonrió, pero fue una sonrisa vacía, carente de cualquier calor o humanidad.

Desgarrador: "¿Has crecido? ¿Realmente crees que tus pequeñas alianzas y tus nuevos poderes podrán detener lo que soy? Yo no soy solo oscuridad, Thalen. Soy el fin. Soy el abismo que se traga toda la luz."

Thalen sintió una ola de desesperación golpearlo, como si cada palabra del Desgarrador llevara consigo la promesa de un futuro devastador. Pero no cedió. Su determinación era firme. Estiró sus manos hacia las sombras, convocando el poder que había aprendido a dominar, no para someterlas, sino para usarlas como un puente hacia la luz.

Thalen: "No importa lo que seas. Siempre hay luz, incluso en la oscuridad más profunda."

La figura del Desgarrador se estremeció, como si las palabras de Thalen hubieran tocado algo dentro de él. Pero entonces, con un rugido que parecía sacudir el mismo tejido del mundo, el Desgarrador se abalanzó hacia él. El impacto fue como un golpe de pura energía negativa. Thalen sintió cómo su cuerpo temblaba bajo la presión, pero mantuvo su posición.

El viento a su alrededor se arremolinaba, mientras la tierra bajo sus pies vibraba. Podía sentir la fuerza del agua y del fuego dentro de él, entrelazándose con las sombras. Y entonces, en un momento de pura claridad, Thalen desató todo su poder en un torrente de energía elemental. El agua fluyó, el fuego ardió, la tierra se estabilizó y el viento se elevó. Las sombras se disolvieron bajo su voluntad.

El Desgarrador retrocedió, sus ojos llenos de sorpresa y rabia. Por primera vez, parecía vulnerable, aunque solo fuera por un instante.

Desgarrador: "Esto no ha terminado, Thalen. No puedes ganar. Mi despertar es inevitable."

Y con eso, la figura del Desgarrador se desvaneció en la oscuridad, dejando a Thalen solo en el claro. El joven Sintiente cayó de rodillas, respirando con dificultad. Sabía que lo que acababa de enfrentar era solo una sombra de lo que estaba por venir. Pero también sabía que había logrado algo importante. Había tocado el núcleo del poder del Desgarrador y había resistido.

Cuando regresó al campamento, no dijo nada a los demás. Sabía que tendrían preguntas, pero no estaba listo para compartir lo que había vivido. Necesitaba tiempo para procesarlo, para entender mejor la conexión que había sentido y lo que significaba para la batalla que aún se avecinaba.

A lo lejos, en la oscuridad, las sombras del Desgarrador se agitaban. La guerra estaba lejos de haber terminado.

Kaeloria: El Despertar de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora