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Talvez no era correcto lo que estaba haciendo o solo quise verme experimentar algunas sensaciones. O posiblemente había perdido un tornillo.

Había sido fiel a Gustavo sobre que no había estado con nadie, mucho menos dejaría que James me tocara.

La cuestión era que estaba desnuda, sobre ese piso removiéndome, mientras su lengua se movía con rapidez en mi zona intima, inexperta era porque era claro que no sabía que se podía sentir tan bien ese lugar.

Me sentí mojada y acalorada, moví mis piernas intentando cerrarlas, sin ningún éxito, cada que lo hacía James adentraba sus dedos y me frotaba con ellos como castigo.

No podía más, sentí mi cuerpo mojado en sudor que picaba mi cuello, abrí la boca cansada, sin poder evitar jadear, me aferre al cabello calro de James intento empujar que se detuviera, un espasmo me hizo gritar y eso hizo que james continuara con su lengua metiéndola en mi botón, chupo y me hizo sacudir cuando no pude más.

—para...Para...Por favor...No puedo...No puedo...

—Solo suéltalo—me negué intentando cerrar las piernas, pude escuchar una maldición de James.

Aparto su rostro y me abrió más las piernas, su mirada era intensa, y me sentí avergonzada por como estaba, intenté cubrirme aun con la sensación de calambres en mi vientre.

—James....

No hubo ninguna respuesta su cuerpo cayó sobre mí y su boca tomo la mía, apenas podía logar tomar su ritmo, su mano froto mi seno amasándolo con fuerza lo único que podía hacer era abrazarlo de la espalda.

Sentí la brusquedad de su mano bajando por mi vientre hasta palmear mi centro que me hizo gemir, no solo eso abrí los ojos y dejé de mover mi boca al sentir la dureza apunando mi centro.

Lo vi a los ojos y el solo me observo, sabía que era James, y sabía que nuestra relación era de estira y afloja, no lo amaba, pero, aun así, no pude evitar sentirme ben en el momento.

Le estaba faltando a la confianza de Gustavo, estaba por hacerlo con James y el parecía decido a continuar, pero solo una palabra mía podía evitarlo, pero no lo hice asentir que continuara.

—¿Estas segura? —asentí de nuevo.

Cerré los ojos con fuerza, ardía un poco que me hizo sentir incomoda como su dureza hacia entrado en mí, fue lento, pero eso no quito que dentro de mi algo se rompía. Se detuvo hasta que me dio el tiempo necesario para continuar.

Salió de mí y volvió entrar y no hubo más que continuar sin detenerse, me hizo gemir y experimentar algo que nunca había sentido, curiosa mi necesidad que me aferre más a su cuerpo.

Me susurro que enrollara mis piernas sobre su cintura y eso hice, mis piernas se aferran cruzándolas.

Nuestros gemidos se escucharon aun con el sonido de la lluvia que no cesaba sobre esa cabaña, nuestras bocas se juntaron de nuevo, y no pude evitar sentir esa explosión en mi cuerpo, rompiendo el beso, la sensación de mi intimidad soltando aquello y como el enterró su rostro en mi pecho, embistiéndome con rapidez.

Su agitación me hizo adentrar mis dedos en su cabello y como su cuerpo empezaba a tensarse.

—Mierda—musito apartándose de mí, y como sentí el vacío salir dentro de mí.

Mis ojos se aclararon en su miembro erecto y como él se frotaba con los ojos cerrados, me calentó las mejillas, ver su cuerpo trabajado y sudoso. Su boca se abrió y se tambaleo cuando su liberación me roso en el vientre, el líquido caliente sobre mi piel y sus ojos perdidos en su orgasmo.

—Mierda casi lo arruino. —dijo hiperventilando. —Te lastime. —negué—Rayos, deja busco algo.

Se puso de pie, me quería reí al ver su cuerpo desnudo buscando algo, tomo una sabana que rasgo, se acercó a mi limpiando mi vientre, la viscosidad se podía sentir como deslizaban la tela en mi piel.

—Lástima que no podemos bañarnos lo haremos cuando lleguemos de regreso—no dije nada.

Tampoco que podía decir, solo un silencio había tendió sexo con James, y eso fue estúpido, tomo su ropa y sabía que era tiempo de vestirnos, lo demás fue incomodo mientras aun lloviznaba y salíamos de aquella cabaña, me quede detrás de James.

Seguí sus pasos que se hundía en la tierra mojada, solo observaba sus pisadas hasta tropezar con su espalda.

Dio un paso hacia atrás y él se dio la vuelta para verme, había un gesto extraño en su cara y lo que menos quería era que digiera algo sobre lo que paso en la cabaña, si fue estupro era mejor callar y continuar nuestro camino.

—Lo que paso, en que nos pone—dice sin dejar de verme a los ojos—No debió pasar y yo debí controlarme, no fue correcto.

—Tienes razón será mejor olvidar lo que paso, fue parte mi culpa, no debí pedirte nada. —dije, pero me sentir molesta haciéndolo a un lado para pasar.

—Perla.

—No, tienes razón, es mejor decir que nunca paso, después de todo, no somos nada.

—Espere—me tomo el brazo deteniéndome. —Es solo que trato de saber qué fue lo que paso, y en qué situación nos pone ahora—me di la vuelta, el parecía más preocupado que yo.

—Solo debemos olvidarlo, ya sabes quedamos en algo, y tú debes tener tanta experiencia en ello.

—No hablas enserio. —dijo, pero su rostro se acercaba más al mío. —Solo quiero aclarar que...—puse mis dedos en sus labios.

Aun así, el me tomo por sorpresa como sujeto mi cintura, baje la vista así agarre, su cuerpo se acercó al mío y ya estaba siendo abrazada por él, y así de la nada quito mis dedos de su boca.

Termine siendo besada de nuevo por él, y podría decir que esto en donde nos ponía ahora, porque correspondí su beso.

James tenía razón en algo, nadie se había dado cuenta que habíamos pasado toda la noche en la cabaña, daban por hecho que había estado encerrada en la habitación.

Antonia le reclamaba a James sobre las provisiones, creo que tuve un poco de culpa ya que él me había seguido dejando todo en la lancha.

Jessica me miro con el ceño fruncido, pero mostrando una sonrisa en sus labios, le di un sorbo a mi café, pero ella se acercó discretamente sentándose a lado mío sobre la isla.

—Te vez diferente—me susurro.

—No sé de qué me hablas—le respondí, pero no pude evitar una sonrisa en mi rostro.

Mire a james y como él me guiño el ojo sonrojándome.

—Si claro, buena chica—me dio un codazo Jessica y era mejor no decir nada.

Renacer el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora