CINCO

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—¿Llevas todo? No quiero atrasos—lo sentir como si me sentenciara cualquier error.

—No, qué más puedo llevar, solo algunos vestidos ligeros, ya comentaste que el clima es ligero y fresco. —el solo me recorro y asintió volviendo su vista al celular. —No crees que deberías llevar a ella, después de todo, saben que me eres infiel—dijo, aunque eso me pareció gracioso y él lo noto.

—Porque debería llevarla, porque lo dices tú, o porque crees que no vas estar a la altura, estamos en tregua ahora, además debemos manejar el rompimiento como algo natural, no quiero más chismes de los que hay.

—Entonces debiste pensar en eso—cerré la maleta de mala gana.

—Entiendo que me odies, pero yo no pedí esto, y supongo que tú no, me gusta hacer las cosas meticulosamente, después de todo, el negocio con tu padre está por concluir y no solo eso, me quedare con la empresa—abrí lo ojos sin comprender—A eso se me olvido, un divorcio no estaba en el contrato matrimonial, Simone no le importo, bueno quien iba pensar que ella desapareciera y dejarte la carga a ti.

—Porque siempre debes ser así conmigo, restregarme lo que paso, ya te dije que no tengo la culpa.

—Bueno eso ya lo sé, pero deberías comprender hasta donde llega tu familia, asociarse conmigo les abriría mas las puertas en los negocios, tu padre acelero la boda porque estaba en banca rota, y yo como buen samaritano acepte, así que deberías alegrarte después de todo, por ellos estas aquí—apreté los dientes, él era cambiante y eso me disgustaba demasiado, podria hablarme bien y después era despreciable y rencoroso.

No quería conocer como era en realidad James Clark, supongo que tampoco fue difícil para él, la vida que ha tenido y la forma en cómo se ha convertido, pero cada desprecio hacia la familia que tengo me da un nudo, cada vez aborrezco a mis padres, odio a mi hermana, pero a la vez tengo sentimientos encontrados, se fue con alguien que amaba, dejo todo.

Luis no tiene que ofrecerle, pero supongo que cuando hay amor lo demás sale sobrando, tal vez jamás conocí a mi hermana y lo que en verdad ella había deseado.

Aún recuerdo lo último que me dijo cuando estaba por subir al auto, me abrazo con fuerza y me susurro "Que suerte tienes de irte" después de eso no la volví a ver jamás.

Tal vez era porque saldría de casa, y no estarían sobre mí, como mi padre lo ha hecho siempre con ella, concretarle un matrimonio, eso es demasiado anticuado y absurdo, pero aún se maneja en esta actualidad de la vida, matrimonio por contrato sin amor, solo para unir empresas y hacerse de mas riquezas.

—Insisto no deberías llevarme a mí, no conozco a tus amigos.

—Eso no importa—me da la espalda para salir de la habitación.

—Si Simone no se hubiera ido—se detiene sin verme—Las cosas como estas no seria, así supongo, tampoco saldría con otras, porque cada vez que dices su nombre, o me miras hay tanto rencor, pero eso se debe que en verdad sentiste algo por ella, pero al dejarme libre supongo que la has olvidado—me miro de reojo y solo salió de ahí dejándome algo nerviosa.

Estos días no me han agradado para nada, ha estado en esta casa, me hace sentir incomoda y no poder caminar por la casa como yo quisiera, aun cuando es mi prisión, me gusta que no esté el, hace que el ambiente este tenso y me corta el aire cuando me mira, porque sé que ve a Simone en mí.

Termino de empacar, no tenía ganas de salir de la habitación, mucho menos comer en el comedor, aun cuando el insistía que bajara, las únicas ocasiones que me alegra los días es ver a Gustavo, se me hace una larga eternidad, y ahora que estaré una semana lejos de aquí.

Renacer el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora