uno

638 99 18
                                    



Miro al hombre que es mi esposo, aquel con el que me case hace nada menos que tres años, mis labios tiemblan con su sola mirada, esa que es fría sin sentimientos, no tengo la culpa de estar aquí, mucho menos pedí esto.

Él no me cree y jamás lo hará, mis padres se lavaron las manos después de esto, fingiendo demencia.

— ¡Perla cómo pudiste hacernos esto!

—No puedo creerlo, ¿Dónde está Simone? Qué clase de broma es esta.

— ¡Responde niña!

Entre más los escucha mas creía que el odio era personal, mientras el hombre con el que supuestamente me case, me mira en ese sillón buscado respuestas, pero sé que mis padres jamás lo darán me han dejado a mí para hacer el tapón de ellos.

No hizo un escándalo cuando el quito el velo para besar a la supuesta novia, el reconocía muy bien a Simone, ellos deberían más que saber que esto se saldría de control, ver la cara de horror hacia a mí.

Y entonces comprendí que él sabía que yo era otra persona, aun cuando éramos tan idénticas había algo que nos hacia diferente y el mismo lo había notado.

Ella tenía un luna cerca del ojo tan pequeño pero tan distintivo de nosotras, el hombre parece que no es estúpido, mi padre lo ha subestimado, no lo era, tuve que sonreír ante los invitados de la iglesia cuando él se acercó a mi oído amenazante.

— ¿Acaso esto es una burla?

Sabía que no lo era, que esto era muy enserio, y que mis padres habían notado que el había descubierto la mentira, y todo era culpa mía, pero no fue mi error y hablar solo empeoraría las cosas.

Alternativa cuando me sacrón de ese convento, solo porque había hecho amistad con Gustavo el hijo de la cocinera, no lo vieron con buenos ojos, separando a dos jovencitos que solo eran amigos, para mi padre uno no debe ser amigo de la gente pobre, ni de los empleados, jamás volvería ver a Gustavo, y eso me hace sentir culpable por separar a una madre de su hijo.

Pero si estaba hundida en esto debía decir que todo fue mi plan, salvando a mis padres aun cuando esto no me garantice ningún afecto hacia ellos.

—Simone huyo, y ella me pidió que tomara su lugar.

La cara de horror de mi madre por ensuciar el nombre de su hija, pero yo no valía acaso, el solo se puso de pie y se acercó a mí, me tomo de la barbilla y me hizo mirar ambas partes.

—Me case con Simone, no contigo, eso como lo pone —su voz me hizo estremecer de miedo, un miedo que no había sentido antes.

—Puedo explicarlo James, castigare a mi hija, esto debió ser un error, Simone no puso huir.

—No voy hacer la burla de ti, y de nadie, este matrimonio estaba arreglado desde que tu hija nació como yo, así que no me vengas con estupideces, y porque no me habías dicho que tenía una gemela —miro a mi padre y este solo bajo el rostro.

Como alguien como el podía hacer tal cosa con él, mi padre siempre había sido un hombre duro ante los demás, y ahora no era lo que yo crecí temiendo durante años.

—Da igual, estas en la quiebra, te prometí salvar tu empresa por el supuesto amor que tiene Simone por mí, pero esto es una humillación, mira como tiembla.

—Buscaremos a Simone, me llevara a Perla...

—Ella se queda —jadee de dolor como apretó mis hombros con fuerza que mi padre asintió. —Una hija da igual si no es Simone, seguiremos hasta que la encuentras.

Renacer el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora