En el bullicioso mundo del periodismo, donde la verdad es moneda de cambio y las historias se entrelazan con la realidad, un joven estudiante de periodismo se ve inmerso en un encargo que cambiará su vida para siempre. Enviado a una Penitenciaria de...
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Voces silenciadas.
La atmósfera en la biblioteca era tranquila y envolvente, con el suave susurro de páginas pasadas y el ligero crujir de las sillas al moverse. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas, creando un juego de sombras que danzaban sobre las mesas de madera. El olor a libros viejos y papel nuevo se mezclaba en el aire, proporcionando una sensación de paz y concentración.
El periodista Kim, estaba sumido en sus notas, rodeado de documentos sobre su investigación.
Hey — dijo la castaña en voz baja, para no interrumpir el ambiente tranquilo — Te has perdido de nuevo, cariño. ¿Qué has estado haciendo estos días?.
Kim levantó la vista, sonriendo al ver a su amiga.
Hola, Alora. He estado bastante ocupado, lamento si no me he reunido contigo.
Descuida, esta pobre mortal puede esperar a que su super amigo se desocupe unos minutos y le preste su atención — dijo de manera dramática, Taehyung soltó una risita.
¿Cómo va lo del prisionero guapo? — movió sus cejas con diversión.
El reportaje avanza, pero es más complicado de lo que pensaba. El prisionero tiene una historia fascinante, pero hay muchos detalles que no encajan.
Alora se sentó frente a él, interesada.
¿Y qué tipo de detalles? —preguntó, inclinándose hacia adelante.
Es difícil de explicar. Hay cosas que me dice y luego contradice, no logro entender.
La chica arqueó una ceja, intrigada.
Eso suena complicado. Pero confía en ti, siempre has tenido el don para narrar las mejores historias — le alentó.
¿Y cómo es él? Aparte de ser guapo, claro —bromeó con una sonrisa.
Kim suspiró, pasando una mano por su cabello, recordando el último encuentro con él.
Es un idiota y arrogante. La verdad, solo deseo acabar pronto con las entrevistas y no tener que verle más.
Alora se quedó boquiabierta, impresionada por su sinceridad.
¿En serio? ¿Por qué?, ¿sucedió algo?— preguntó, sus ojos brillando de sorpresa.
Ante la reacción de su amiga, Kim rasco su cuello con nervios, sintiéndose un poco expuesto.
Eh... olvida lo que acabo de decir. No deberías hacer caso a eso...
