Capítulo 17.

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Susurros de rencor

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Susurros de rencor.

Taehyung regresó a casa al día siguiente, sintiendo el peso de la incertidumbre en sus hombros. Durante todo este tiempo habia mantenido su teléfono apagado. Así que al cruzar la puerta, decidió encenderlo, y en ese instante, su pantalla se iluminó con un torrente de notificaciones.

Con una mezcla de pereza y resignación, subió las escaleras hacia su habitación. La idea de sumergirse en una ducha caliente le ofrecía un consuelo momentáneo, antes de tener que salir a sus clases. Dejó su teléfono en el pequeño velador y se dirigió al baño.

El sonido del agua cayendo lo envolvió como un abrazo cálido. Mientras el vapor llenaba el espacio, se permitió un instante de tranquilidad. Sus pensamientos vagaban entre las decisiones que debía tomar. El agua deslizándose por su piel parecía llevarse consigo parte de esa carga.

Después de unos minutos, se sintió más ligero. Salió del baño con una toalla alrededor de la cintura y el cabello aún goteando. Al entrar a su habitación, el brillo de su teléfono lo llamó nuevamente. Con un suspiro resignado, se acercó al velador y desbloqueó la pantalla.

Sus ojos se abrieron desmesuradamente al ver más de doscientas llamadas perdidas de un número desconocido. Un pequeño "eh" escapó de sus labios, asombrado por la cantidad. ¿Cómo podía alguien haber llamado tantas veces? ¿No se cansó de haberlo hecho?. La inquietud comenzó a apoderarse de él.

Con manos temblorosas, buscó el número en su lista de llamadas perdidas. Reconoció ese contacto, pero algo en su interior le decía que lo mejor era simplemente ignorarlo.

Mientras comenzaba a vestirse, sintió que el aire en la habitación se volvía denso. La ansiedad comenzaba a hacer mella en su calma recién encontrada. Se sentó en la cama, intentando calmarse mientras los segundos parecían estirarse interminablemente.

Su teléfono sonó.

Fui a verte, y no te encontré por ningún lado. ¿Se le olvidó nuestra salida, periodista Kim? - dijo Jungkook con un tono neutro, apenas llevó el aparato a su oído.

Taehyung sintió que el aire se le escapaba cuando escuchó su voz.

Yo... -tartamudeó, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.

Te llamé más de doscientas veces y no contestaste ni una sola maldita vez - continuó Jungkook, su voz siendo más intensa - ¿Qué debería hacer ahora contigo, corderito?

¿Creías que me quedaría tranquilo en casa a esperarte como si nada hubiera pasado? Le dije que no quería volver a verlo, señor Jeon, y eso incluye el que no quiero que me siga llamando - respondió, su voz apenas un susurro, pero llena de indignación.

Jungkook soltó una risa baja que resonó en la habitación como un eco siniestro.

Quiero que hablemos, cariño. Pero no será en prisión.

La entrevista ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora