Los pequeños rayos de sol se filtraron por la ventana iluminando levemente la habitación.
Ambos chicos permanecían abrazados, parecían seguros en los brazos impropios. Jungkook fue el primero en despertar, mirando la hora en el pequeño reloj sobre el velador de madera café.
Llevó su mirada a su hermoso ángel. Los rebeldes mechones rubios cubrían su rostro. Los apartó con cuidado, Taehyung se removió un poco, soltando un suspiro entre sueños. El pelinegro sonrió, inclinándose un poco hasta que sus labios se posaron sobre su frente, dio un pequeño beso y se apartó. Siguió admirándole, en silencio. La paz que rodeaba al menor era atrapante, su rostro tan relajado y su respiración suave, te provocaban seguir mirándole como si apartar la mirada fuera un pecado.
¿Estuvo tanto tiempo observándolo? ¿o solo fueron las horas que pasaron demasiado rápido? Se preguntó al volver a fijarse en la hora que marcaba el reloj.
Poco a poco, los parpadeos de Taehyung comenzaron a hacerse más frecuentes, sus ojitos luchando por acostumbrarse a la luz del día que se filtraba por la ventana. Jungkook sonrió.
Buenos días, ángel — susurró Jungkook suavemente.
Taehyung finalmente abrió por completo sus ojitos y sonrió al ver a Jungkook frente a él.
¿Cuánto tiempo dormí? — preguntó Taehyung con voz soñolienta.
No el suficiente, cariño. Puedes cerrar tus ojitos un rato más si lo deseas. Aquí estaré, cuidando de tus sueños — respondió Jungkook.
Taehyung sonrió, acurrucando su cuerpo más cerca del de Jungkook.
¿No debes irte ya? — Jungkook negó con la cabeza, cerrando sus ojos un momento.
Aunque me heches, no me iré — murmuró Jungkook, provocando una risa suave al menor.
Así que también eres un dramático - se burló Taehyung - Solo te hice una pregunta, no te estoy diciendo que te vayas.
Te preocupas tanto porque regrese a mi celda, cariño — Jungkook le miró — Esa es tu manera indirecta de pedirme que me vaya.
Eso no es cierto, solo...aún no entiendo por qué sigues en prisión, si puedes salir tan fácil de allí — habló con curiosidad.
Antes de que Jungkook pudiera responder, su teléfono sonó. Contestó la llamada poniendo el alta voz.
Señor, la mujer no quiere hablar. No hace más que decir incoherencias.
Taehyung le miró, preguntándose si estaban hablando de la señora Jisso.
Jefe, ¿está ahí? - se escuchó del otro lado de la línea.
Solo sigan intentando - respondió Jungkook, colgando.
No podía ordenar que usaran la violencia con aquella anciana. No lo haría por su corderito, y supo que hizo bien al sentir la mirada intensa del menor. Sus ojos brillaban con curiosidad.
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La entrevista Prohibida
Roman d'amourEn el bullicioso mundo del periodismo, donde la verdad es moneda de cambio y las historias se entrelazan con la realidad, un joven estudiante de periodismo se ve inmerso en un encargo que cambiará su vida para siempre. Enviado a una Penitenciaria de...