Capítulo 18.

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El silencio en el auto se volvió pesado, como una manta que envolvía a Taehyung en una mezcla de ansiedad y curiosidad

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El silencio en el auto se volvió pesado, como una manta que envolvía a Taehyung en una mezcla de ansiedad y curiosidad. No podía evitar jugar con las pulseras que adornaban sus muñecas, un gesto nervioso que delataba su inquietud. Jungkook sonrió observándolo a su lado.

Sin embargo, mantuvo su silencio, dejando que la tensión en el aire creciera. De repente, sin previo aviso, tomó la mano de Taehyung, deteniendo sus movimientos. La calidez de su agarre sorprendió al rubiecito, quien sintió cómo una corriente eléctrica recorría su cuerpo. Jungkook entrelazó sus dedos con los de él y comenzó a acariciar suavemente el dorso de su mano con el pulgar.

Taehyung se quedó paralizado por un instante. La mezcla de emociones lo abrumaba; no podía apartar la mirada ni soltar su mano. Se permitió disfrutar de ese gesto inesperado, sintiendo un cosquilleo que lo hacía cuestionarse lo que realmente estaba sucediendo. Le miró de reojo, incapaz de articular alguna palabra.

Minutos después, el auto se detuvo. El sonido del motor apagándose rompió la burbuja en la que se encontraban. El pelinegro bajó primero teniendo que soltar la mano de Taehyung, no sin antes llevarla hasta sus labios y depositar un pequeño beso en su dorso.

El periodista Kim, miró su mano, con una mezcla de confusión. Cuando finalmente logró despertarse del momento, se dio cuenta de que el pelinegro ya había bajado del auto y le estaba abriendo la puerta. Tomó la mano que se le era ofrecida.

Al pisar el suelo, Taehyung se encontró en un lugar completamente desconocido. Un fino camino de rocas de colores se extendía ante él, rodeado con paja seca que crujía bajo sus pies. Miró a su alrededor, sintiendo una mezcla de asombro y temor al encontrarse con el lugar desierto.

¿Qué... qué es este lugar, señor Jeon? - preguntó, su voz temblorosa reflejando la inquietud que sentía, mientras miraba a su alrededor.

En lugar de responder directamente, Jungkook, tomó una vez más su mano con firmeza, entrelazando sus dedos y comenzó a guiarlo por el pequeño camino de rocas. Taehyung sintió cómo su corazón latía más rápido mientras caminaban juntos. Quizás la calidez del agarre del prisionero le daba un poco de seguridad en medio de la extrañeza del lugar.

Mientras comenzaban a caminar, el pelinegro notó el temblor en las manos de Taehyung.

No voy a hacerte daño si es lo que temes - pronunció con voz suave.

Yo no... - intentó responder, pero las palabras se le atascaban en la garganta.

Estoy molesto, corderito, y mucho, pero no te traje aquí por eso - interrumpió, deteniéndose y parándose detrás de él.

Esta es tu sorpresa, cariño - pronunció, mientras apuntaba a un gran mirador. Era una estructura hermosa de madera, con cristales que cubrían los lados y permitían ver el paisaje circundante en todo su esplendor. Había un par de asientos cómodos y, en el centro, un telescopio impresionante que parecía diseñado para observar las estrellas.

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