Cuarta entrevista.
La habitación era fría, las paredes parecían absorber cualquier rastro de calidez. Jaesung entró muy tranquilo, seguido del periodista Kim. Sin saber que el prisionero al que iba a ver era el mismo hombre que le había amenazado días atrás.
Cuando lo vio allí tan tranquilo sentado cerca de la mesa, su rostro palideció. Mientras el prisionero 97, tenía una mirada intensa y una sonrisa divertida se dibujó en sus labios al notar la reacción de miedo de Jaesung.
Su corazón se aceleró, los nervios le invadieron, mientras veía como el rubiecito caminaba hasta la mesa, tomando asiento frente al pelinegro y entonces le dio una mirada para que se acercara.
Jaesung se sentó al lado del periodista Kim, quien miraba al prisionero con nerviosismo, sintiéndose incómodo ante la expresión de molestia en su rostro.
Jungkook frunció el ceño, al ver al castaño sentarse al lado de su corderito, se recostó en la silla, visiblemente molesto.
Las paredes grisáceas absorvian la incomodidad que se cernía sobre el lugar. Taehyung, ajustó su cámara sobre la mesa, tratando de ignorar las miradas fulminantes que se lanzaban entre su amigo Jaesung y el prisionero 97, quien tenía sus ojos oscuros aún más intimidantes y una sonrisa que no prometía nada bueno.
Sin embargo, el periodista Kim decidió saludarlo con un gesto amistoso. Jaesung se mantuvo en silencio a su lado, sintiendo cómo la tensión aumentaba.
Buenas tardes, Señor Jeon, gracias por estar aquí — saludó el rubio, obteniendo toda la atención del pelinegro.
¿Por qué está este tipo aquí? — preguntó en cambio con desdén — ¿Acaso es una obra benéfica? ¿Para qué estés trayendo idiotas a verme? — Jaesung apretó los dientes.
Taehyung tragó saliva, intentando mantener la compostura ante la agresividad del prisionero.
Él...solo vino a acompañarme — respondió el periodista Kim, intentando suavizar el ambiente.
El prisionero 97 esbozó una sonrisa de lado, sus ojos brillando con un aire de burla.
¿Por qué quieres compañía ahora? ¿Siempre has venido solo aquí, cariño? ¿No es suficiente mi compañía? — pronunció el prisionero, manteniendo una mirada fija y desafiante — ¿Acaso me tienes miedo?
¿Por qué le llamas así? Su nombre es Taehyung, le debes respeto. No tienes derecho a llamarle de tal manera — interrumpió Jaesung, dejando entrever su molestia con un tono firme.
El prisionero sonrió con desdén, inclinándose en su asiento como si disfrutara del espectáculo.
A él no parece molestarle — dijo, dirigiendo su mirada hacia el rubio antes de volver al castaño — ¿Por qué te intrometes? Si solo has venido de perro faldero, haz tu trabajo y mantén la boca cerrada, imbécil.
ESTÁS LEYENDO
La entrevista Prohibida
RomanceEn el bullicioso mundo del periodismo, donde la verdad es moneda de cambio y las historias se entrelazan con la realidad, un joven estudiante de periodismo se ve inmerso en un encargo que cambiará su vida para siempre. Enviado a una Penitenciaria de...