Capítulo 21.

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Jungkook se acomodó con cuidado, apoyándose en el respaldar de la cama

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Jungkook se acomodó con cuidado, apoyándose en el respaldar de la cama. Con un movimiento ágil y suave atrajo al rubio hacia él, haciendo que se sentara en su regazo.

¿Eso es lo que deseas, cariño? — pronunció, sin poder creer lo dicho por el menor. Quién con sus mejillas sonrojadas titubeó antes de responder.

Sé que dijiste que esperarías por mi respuesta hasta la próxima entrevista, pero ahora estas aquí...no hay necesidad de esperar más.

La sonrisa de Jungkook se amplió, y con una mano firme sostuvo la cintura impropia con posesión.

No te sientas presionado por ello, cariño, puedo esperar...

Es lo que quiero — le interrumpió, llevando su dedo hacia los labios impropios, posandolos sobre ellos, como una orden de que guardara silencio. Jungkook sonrió aún más — No importa si eres un villano, prefiero a alguien que siempre me ponga a mí en primer lugar, que este dispuesto a destruir el mundo por mí...y no a mí por el mundo.

Tal vez este siendo muy apresurado todo, pero me siento bien con ello. Aunque no negaré que hay ciertas cosas muy confusas para mi — siguió mirándole fijamente.

Me gustaría conocerlo más, señor Jeon. Pero antes, quisiera que resuelva las dudas en mi cabeza — continuó el rubiecito, llevó su dedo sobre la pequeña margarita plasmada en el pecho impropio.

¿Hace cuánto está ahí? — preguntó, delineando las pequeñas iniciales. KT.

Desde que supe que eran tus favoritas, cariño — indicó Jungkook, tomando la mano del rubio y guiándola a sus labios.

Quería llevar una parte tuya conmigo, algo que fuera especial para ti, así que solo lo hice, plasme en mi piel aquella flor favorita de mi bello ángel, consciente de su significado, y eso fue lo que más me encantó. Describía a la perfección a Kim Taehyung, el ser más precioso, puro e inocente.

Una margarita es la unión de varias flores, y tú, mi corderito, eres la unión de admirables cualidades. Me encantaba observarte desde lejos, porque eras tú, sin fingir tus actitudes y comportamientos. No te muestras tal cuál eres ante nadie. Todo este tiempo pude notar aquello.

Puedes llamarme acosador o psicópata, cariño. Sin embargo, no me arrepiento de haberme obsesionado de ti, porque gracias a ello estoy seguro de cómo mereces ser tratado, de lo que deseas, lo que anhelas y sueñas. Aquellos pequeños detalles solo yo los sé, y pienso hacerlos realidad uno por uno, mi amor.

Se inclinó hacia adelante, dándo un pequeño beso en sus labios.

Conozco mucho de mi corderito — acarició la sonrojada mejilla del menor — me tomé el debido tiempo y dedicación al hacerlo.

Es por ello, cariño, que aceptaste mi primer acercamiento. Creíste que todo era normal desde el principio. Sabes que cualquier otra persona, hubiera reaccionado de manera diferente, aquella que debe ser la correcta para nuestro instinto de supervivencia.

La entrevista ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora