Anton es un alfa joven.
Wonbin un omega maduro e independiente.
Cuando sus destinos se cruzan, todo es confuso, ¿cómo el universo podría convertir a dos seres completamente diferentes en almas gemelas?
❝El destino no mintió cuando me advirtió que me...
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[Semanas después... ]
Wonbin se encontraba en la cama de Anton, con su libro de texto abierto, estudiaba mientras su alfa jugaba en su consola de videojuegos.
Le resultaba divertido verlo darle la espalda, diciendo cosas al azar cuando algo en su juego no resultaba bien, pues se encontraba jugando en línea con Shotaro.
Wonbin se concentró en su lectura, ignorando su alrededor, su alfa le había asegurado que no sería un estorbo para su estudio, incluso volteaba y se disculpaba cada que hacía demasiado ruido. Al rubio realmente no le molestaba, al final de cuentas, por algo estaba en casa de Anton.
—Amor, discúlpame... es que Shotaro no hace lo que le digo. —volvió. —¿Lo estás llevando bien?
—Tranquilo, todo bien. —le sonrió y volvió a leer.
Anton asintió y siguió jugando. Agradecía haber adquirido esa silla, le gustaba mucho no sufrir de dolor de espalda a la hora de jugar.
Cada uno se mantuvo en su mundo hasta que la puerta del cuarto fue tocada. Anton murmuró algo para que después sus padres aparecieran en el marco de esta.
—¿Cómo están, cachorros?
—Bien Papá Do, Binnie está estudiando. —dijo despegando la vista de su pantalla.
—Tu papá y yo saldremos Tonnie. —avisó el alfa mayor. —Pero llegaremos para la cena, ¿te quedarás a cenar Bin? Preparé algo delicioso.
Wonbin sonrió y asintió.
—Seguro.
—Muy bien, entonces volveremos para la cena, cachorro.
—Está bien papá, los veremos más tarde.
Los adultos asintieron y antes de marcharse agregaron.
—Pórtate bien Anton, Wonbinnie está a cargo.
—¡Papá Do!
—Deja los berrinches cachorrito.
Anton se sonrojó y su omega soltó una risa, muy divertido por ver a su alfa con ese color en sus mejillas.
—No se preocupe, señor Doyoung, yo cuidaré a Anton. —dijo con una sonrisa.
Los señores asintieron y salieron.
—Deja ese berrinche alfa, acepta que tengo que cuidar a mi cachorro. —se burló y le mandó un beso a su novio.
—De acuerdo omega, solo porque lo dices tú.
Dicho eso volvió a su juego. Wonbin también trató de volver a su sesión de estudio, pero por alguna razón no pudo.
Quedó embobado viendo como la espalda de Anton se tensaba, como sus brazos se marcaban, y sus dedos se movían con rapidez sobre su teclado. Su gesto de seriedad reflejando en el espejo a su frente que le permitía a Wonbin verlo con más facilidad.
