Anton es un alfa joven.
Wonbin un omega maduro e independiente.
Cuando sus destinos se cruzan, todo es confuso, ¿cómo el universo podría convertir a dos seres completamente diferentes en almas gemelas?
❝El destino no mintió cuando me advirtió que me...
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Wonbin bajó de la habitación de Anton luego de dejar a este en la ducha, ya que el alfa se entretuvo más en mimar y bañar a su omega que en hacerlo él mismo.
—Buenos días, cariño. —saludó Doyoung.
Wonbin le sonrió.
—Buen día.
—El desayuno está listo. —señaló los panqueques y fruta picada. Wonbin ahora entendía por qué su alfa era tan cuidadoso con la comida.
—Gracias. —respondió. —Tonnie baja en...
—¡Ya estoy aquí! —exclamó Anton, le dio un beso en la mejilla a su padre omega y se sentó a lado de Wonbin. —Come bien omega, mi papá Jaehyun prepara los mejores panqueques.
Jaehyun salió de la cocina y le sonrió a su cachorro.
—Parece que alguien quiere que le regalemos eso que tanto está pidiendo...
—¡Papá, no con Bin presente!
Los adultos rieron, el rubio también, le gustaba ver ese sonrojo en las mejillas de su bonito alfa.
—¿Estás bien cariño? —Doyoung preguntó en un susurro al omega. Ya ambos alfas habían levantado sus platos luego de desayunar.
—¿Yo? Sí, de maravilla. —respondió. —¿Por qué?
El omega mayor negó, tal vez solo era su instinto hablando.
—Está bien cariño, solo noto tu olor un poco diferente.
—Tal vez sea por el jabón de Anton, es diferente al mío. —contestó sin mucha importancia.
Doyoung sonrió y asintió, seguro sería eso.
Cuando su alfa volvió, Wonbin se levantó y se despidió de los señores Lee, prometiendo volver con el pelirrojo más tarde. Luego de eso, ambos se fueron hasta el auto del rubio para irse a la universidad.
Quince minutos después, Anton sostenía a su omega por la cintura, este con un pequeño puchero en los labios, negándose a separarse de su alfa.
—Amor...
Wonbin soltó un gruñido, él de verdad sabía que tenían que entrar a la universidad ahora, pero su tonto omega interno se negaba a soltar a su alfa. Pidiendo su atención a toda costa, por eso se encontraba con su rostro hundido en el pecho del menor, quien solo le daba suaves caricias en su cintura.
—Tonnie yo...
Wonbin alzó la mirada y Anton aseguró que podía morir de ternura, su omega intimidante estaba ahí, con los ojos brillosos y sus labios abultados.
—¿Qué tienes mi amor? —lo tomó de las mejillas.
—Es que no lo sé... —se sinceró. —Solo quiero tenerte cerca.
