Anton es un alfa joven.
Wonbin un omega maduro e independiente.
Cuando sus destinos se cruzan, todo es confuso, ¿cómo el universo podría convertir a dos seres completamente diferentes en almas gemelas?
❝El destino no mintió cuando me advirtió que me...
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La universidad de Seúl era conocida por armar convenciones donde se exponía el trabajo de sus estudiantes, abriendo sus puertas a diferentes escuelas para llevar a cabo una convivencia entre universidades.
Ese año la residencia del campus estaba llena, las actividades suspendidas mientras todos vagaban sobre las exposiciones.
Wonbin y Anton estaban caminando entre el gentío, a ambos les gustaba pasearse para ver el trabajo de varios compañeros, en especial los de arte, pues ver sus obras era un deleite para sus ojos.
—Rápido omega.
Wonbin rio mientras era jalado por Anton.
—Taro no se va a ir, Anton. —respondió.
El pelirrojo lo ignoró, y siguió guiándolo entre la gente, hasta que logró ver a su amigo, sonrió. Shotaro estaba con su uniforme de chef mientras repartía muestras y mostraba sus técnicas a varios maestros y críticos que se paseaban por ahí.
Anton le saludó y el alfa dejó la plática para tomar unos bocadillos de nuez y llevarlos hacia sus amigos.
—Pensé que no vendrían, casi se terminan. —dijo mientras les entregaba la comida.
—Tuvimos que ver la danza de Sohee y la exposición de Eunseok. —respondió Anton.
—Oh, ellos vinieron hace una hora, Sohee se enamoró del chocolate de mi compañero, Eunseok se lo llevó cargando y soltando gruñidos. —relató.
La pareja río, probando los bocadillos que Shotaro les había dado.
—Oh, Taro, esto está delicioso. —dijo Wonbin. —Alfa, tienes que aprender a preparar esto.
Anton sonrió.
—Tendrás que enseñarme Taro, para complacer a mi omega. —dijo saboreando el postre.
El pelinegro asintió, feliz por el deleite que mostraba la pareja ante sus bocadillos.
—Los veré más tarde, ¿si? Tengo que regresar.
Ambos asintieron y dejaron que el alfa volviera a sus actividades, ambos no había formado parte de ninguna, pues no quisieron participar. Ya que normalmente estas exposiciones se llevaban a cabo para aquellos que aspiraban a conseguir una beca o mostrar su talento.
Siguieron su camino, yéndose hasta el edificio de Wonbin, recogerían las cosas del rubio e irían a tomar algo a la plaza cerca del lugar.
—Anton.
El pelirrojo río y siguió dejando besos en las mejillas de su novio. Este estaba muy ocupado tratando de buscar la llave de su aula para sacar sus pertenencias, pero su alfa lo tenía abrazado por detrás, besándolo sin detenerse.
—Alfa.
—¿Qué pasa, omega? —preguntó inocentemente mientras bajaba sus besos a su cuello.
Wonbin sintió una corriente llenarlo, sonrió y se recargó en el hombro de Anton, dándole más acceso.