ᯓ★ capitulo diecinueve

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Hogar.

La vida jamás se había sentido de esa forma

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La vida jamás se había sentido de esa forma.

El frenesí de emociones juntas en un mismo ser era un detonante increíble.

Nunca creyó que el amor se sentiría así. Su corazón latía con fuerza, su estómago era atacado por diversos animales, su mente abarcada por una sonrisa en específico.

Ambos estaban en una montaña, donde todo era un equilibrio perfecto.

Todo estaba bien, bajo control y en sintonía, estaban en una misma página, en una misma historia de amor.

Eran completamente diferentes, pero juntos eran la combinación perfecta, a la gente que conocían se les era raro ver a un alfa tan lindo como Anton y un omega tan intocable como Wonbin.

El omega había hecho amigos nuevos, su alfa está feliz por él, ahora salía más que de costumbre, con esos ruidosos omegas que había conocido, o específicamente Hao, y por supuesto, Hanbin venía incluido en el paquete, al parecer ese alfa de pelo negro había congeniado muy bien con Anton. Incluso ahora jugaban por línea juntos.

Su vida se sentía bien, feliz y en paz, ambos vivían un día a la vez, fluyendo y entregándose a su amor.

—¡Tonnie!

—¡Omega! —arremedó su tono. —No me importa si llegamos tarde, tienes que comerte toda esa avena.

—¡Pero vamos a comer con ellos!

—No saldremos de aquí hasta que hayas desayunado.

Wonbin soltó una risa, probablemente si fuera otra persona, el rubio lo habría mandado a tomar por la suya, pero era Anton, su alfa de ojos preciosos que lo tenía encantado.

—De acuerdo. —dijo resignado. —Tú ve a terminar de cambiarte alfa bobo, odio la impuntualidad.

Anton rodó los ojos y se fue hacia la habitación, el departamento de Wonbin ya era un lugar para ambos, pues tenía ropa en su closet, su cepillo de dientes en su baño y un par de pantuflas que el mayor le había obsequiado. También en su bolsillo ya tenía la llave de seguridad del departamento, sí, Wonbin le había confiado eso.

Terminó de cambiarse y arrojó su pijama al cesto, sus padres sentían la ausencia de su cachorro, pero no podían impedirlo, no cuando ese par de destinados eran tan lindos juntos. Además, Wonbin también iba a la residencia Lee para quedarse.

—Estoy listo.

—Vámonos, Eunseok ya encendió la camioneta.

—Creí que iríamos en tu auto. —habló mientras tomaba sus pertenencias.

—El camino es largo, prefiero que Song conduzca y tú me abraces.

Anton sonrió y le besó los labios en un pico.

My little big love ᯓ★ Wonton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora