Anton es un alfa joven.
Wonbin un omega maduro e independiente.
Cuando sus destinos se cruzan, todo es confuso, ¿cómo el universo podría convertir a dos seres completamente diferentes en almas gemelas?
❝El destino no mintió cuando me advirtió que me...
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Song Eunseok jamás estuvo enamorado.
Jamás se fijó en ningún omega, beta o alfa que lo rodeara, incluso algunos insinuaban que él y su mejor amigo terminarían enlazados. La realidad era que nunca nadie logró llamar su atención, y no porque se negara a darle una oportunidad al amor, sino porque no había nada que lograra acelerar su corazón.
Incluso si lo intentaba, no pasaba, le quedó claro cuando esa omega de bonita sonrisa lo invitó a salir y él se negó para no dañar sus sentimientos. No era tonto, sabía que Lily quería algo más que un paseo de amigos.
Su apariencia era patética para muchos, no lo entendía, él no tenía nada de malo, su mejor amigo se la vivía recordándolo.
"Tú eres un alfa muy bonito, Seok."
¡Claro que lo era!
Wonbin nunca mentía.
Tal vez su estatura no era sorprendente, y su piel se veía un poco maltratada por los granitos que la pubertad había dejado, pero fuera de eso, él no creía que hubiera algo defectuoso en su persona.
Eunseok era amable, un poco tímido e introvertido, pero nadie podía culparlo, solo era un alfa de 17 años que prefería quedarse en casa a mirar su anime favorito en lugar de salir a tomar grandes cantidades de alcohol.
Bueno, alcohol sí tomaba, había veces en que él y su mejor amigo omega se quedaban hasta tarde descubriendo los efectos del licor en su sistema, pero nada que se les fuera de las manos.
Su vida se basaba en eso: estudiar, pintar en su recámara con música de fondo, ver anime y, por supuesto, pasar tiempo con Wonbin.
Su mejor amigo para el resto de sus vidas. Era un poco raro que siempre se la pasaran diciendo que terminarían juntos, pues ellos sabían que su amor era únicamente fraternal. Además, eran completamente diferentes, mientras Wonbin era lluvia y noche, Eunseok era una tarde despejada en atardecer.
Eunseok amaba hacer esas comparaciones, tanto como amaba a su amigo. Wonbin no solo era su hermano y cómplice en todo, sino también su protector. No importaba la situación, el rubio siempre estaría ahí para defender y cuidar de su amigo alfa.
Esa era su realidad, estaba conforme con ella, le gustaba su rutina y definitivamente amaba pasar su tiempo así.
Pero en un momento todo se alteró.
La tarde y la noche encontraron al día, al sol y al brillo de las mañanas.
Fue un día de marzo. Recuerda que la brisa se colaba por los ventanales de su aula cuando vio entrar al omega que hizo que todo su sistema se alterara. Su lobo despertó y olisqueó el aire: era él, ese chico de cabello castaño y ojos pequeños, el omega que la vida había puesto en su destino.