ᯓ★ epílogo: nuestra vida

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Nuestra vida.

El despertador suena

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El despertador suena. Abrumado y con ganas de seguir durmiendo, le ordena que pare. Un segundo después, el silencio vuelve a reinar en la habitación.

Odiaba levantarse temprano, incluso si llevaba toda la vida despertándose a la misma hora, siempre iba a odiar tener que dejar su cama.

Más cuando esta estaba ocupada por su lindo alfa, quien seguía profundamente dormido. Wonbin se permitió estar un poco más sobre ese fornido pecho, llenándose de ese aroma que tanto ama.

Suspira. Muchas cosas habían cambiado.

Tres años después de su unión, continuaban siendo una pareja sólida y amorosa. Ambos habían trabajado mucho en su relación, creando una base de respeto, comunicación y, sobre todo, amor. Su decisión era pasar el resto de sus vidas juntos, así que debían poner de su parte para que cualquier traba u obstáculo que pudieran tener tuviera una solución.

Las cosas habían dado un giro radical, empezando por el tiempo en que Wonbin salió de la universidad, sometiéndose al mundo laboral. Al ser un novato en el despacho de abogados donde trabajaba, sus horarios se veían reflejados al antojo de sus superiores. Anton, con su carga estudiantil, encontraba difícil pasar tiempo juntos, pues cuando uno estaba libre, el otro estaba muy ocupado.

Fue complicado; se extrañaban mucho. No era suficiente una visita los fines de semana. Por eso, un día, mientras desayunaban, Wonbin simplemente le soltó la idea de vivir juntos a su alfa. Anton no dudó en aceptar, y así fue como, a sus veinte años, se mudó con su omega.

La convivencia también fue un tema de adaptación para ambos, pero lograron sobrellevarla con éxito. Aunque fueran completamente diferentes en varios aspectos del hogar, no fue nada que no pudieran hablar y arreglar.

Además, los dos amaban pasar tiempo juntos, y al vivir en una sola casa, todo era más fácil, pues podían dormir y despertar en la misma cama todos los días.

—Cachorro... —murmuró el omega—. Tonnie.

El alfa se removió, consciente de que el despertador había sonado, pero tener a su novio sobre él, emanando calidez, hacía difícil levantarse.

—Estoy despierto —habló con los ojos cerrados.

Wonbin soltó una risita. Su lindo alfa había crecido demasiado. Ambos lo habían hecho. Con 22 y 25 años, se podía decir que sus actitudes y comportamientos se habían hecho más maduros, de cierta forma al menos. Ambos seguían actuando como dos adolescentes descubriendo su primer amor, tan enamorados que no había nadie que no pudiera ver la miel que derramaban al mirarse y tocarse.

Anton se removió un poco para lograr recostarse sobre Wonbin, encajando su cara en el espacio de su cuello. Con delicadeza, comenzó a dejar suaves besos sobre su piel, llevándolos hasta la marca que reposaba allí.

My little big love ᯓ★ Wonton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora