ᯓ★ capitulo veintiuno

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Consecuencia.

El cielo era gris

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El cielo era gris.

¿Dónde estaba el sol?

El diluvio se extendió y dejó destrozos en todas partes.

Corazones rotos.

Si la vida es un frenesí, ¿por qué todo se había detenido ahora?

Estancado.

El sentimiento de amargura, infelicidad y añoranza en un mismo ser, en un corazón que no sabía lo que era el sufrimiento. Cuando el arcoíris fue arrancando del cielo, el caos se desató en una brisa lenta y dolorosa.

Había pasado una semana desde ese suceso. Siete días desde que todo se derrumbó. 168 horas sin que sus lobos sintieran su presencia. Los segundos eran eternos para su profunda soledad.

Wonbin había entregado su proyecto final hace cinco días. Hace tres había tomado lugar en el estrado ficticio, el mismo donde ganó el caso que se puso en juego y hace dos días había recibido la nota más alta de su clase. Un perfecto 10 sobre su expediente.

¿Por qué no se sentía bien? ¿Por qué a pesar de estar satisfecho con su esfuerzo seguía sintiendo esa daga ardiente en su pecho?

Su omega lloraba, su cuerpo estaba frío, su aroma estaba perdido entre amargura.

Témpano.

En ese estado se sentía su corazón, encerrado en una cápsula, sumergido en un océano helado, donde el sol era tragado por la transparente barrera. Podía ver todo pasar, pero nadie lo sacaba de esos grados bajo cero en donde se encontraba.

Su cabeza dolía y su corazón sufría. ¿Por qué si no era necesario para vivir lo seguía queriendo de una forma tan desesperada?

Anton no había aparecido, incluso si lo buscaba a través de sus compañeros, él no estaba. Sungchan seguía en su postura leal hacia su amigo, negándole la información al omega.

—Hey, iré a comer, ¿seguro que no quieres venir? —preguntó SeungHan con una amable sonrisa.

El rubio negó, vio a su amigo tomar sus cosas y salir del salón, el fin de semestre estaba cerca, ya todos estaban dando por terminado sus actividades.

Suspiró. Necesitaba un café.

<Alfa>

<Lo sé, también lo extraño> respondió a su lobo.

Aunque su cuerpo se sintiera bien para correr un maratón, sus ánimos le impedían moverse mucho, salió de su aula, tomó un billete y lo ingresó a la máquina expendedora.

"—Al parecer esto es tuyo...

—Gracias...

—Anton Lee. Encantado de conocerte.

My little big love ᯓ★ Wonton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora