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-¿Por qué estás tan contento? -preguntó Seungmin con su habitual seriedad, levantando una ceja mientras observaba a Jeongin.
-¿Yo? -Jeongin respondió, tratando de ocultar su desconcierto.
-¿Acaso ves a alguien más? -replicó Seungmin, señalando la sala vacía. Estaban solos en el sofá de la sala de práctica, esperando para grabar algunas líneas.
-Ah... -vaciló Jeongin, buscando una respuesta- Dormí bien, eso es todo.
-No paras de sonreír y sonrojarte como un tonto -lo señaló Seungmin con un palillo que había estado mordiendo distraídamente-. ¿Dónde dormiste anoche? No te vi en los dormitorios.
-Dormí aquí, en la empresa.
Seungmin lo miró con una mezcla de curiosidad y escepticismo, entrecerrando los ojos.
-Ni siquiera estamos en plena preparación para un comeback como para que te quedes aquí a dormir -comentó, claramente desconfiado.
-¿Y eso qué? -Jeongin intentó sonar despreocupado- Solo quería ensayar un poco más, ya sabes...
Antes de que Seungmin pudiera continuar con su interrogatorio, Bangchan entró en la sala con un té frío en la mano.
-Perdón por la tardanza, había una fila enorme en la cafetería -dijo Chan, dejando sus cosas en su escritorio y dirigiéndose hacia ellos-. ¿Están listos?
Seungmin asintió con un gesto, pero Chan no pudo evitar fijarse en la expresión de Jeongin, quien no había dejado de sonreír.
-¿Estás bien, Jeongin? -preguntó Chan con una mezcla de curiosidad y preocupación.
-¿Por qué lo dices? -Jeongin frunció el ceño, intentando mantener la compostura.
-No lo sé... -Chan se rascó la cabeza, buscando las palabras- Te ves diferente, como... radiante, diría. Pero en fin, tenemos mucho que grabar, así que mejor empecemos.
Jeongin asintió, aunque su mente seguía volviendo a la noche anterior. Había pasado el tiempo con Hyerin, y lo que comenzó como una simple sesión para estar juntos había terminado siendo mucho más íntimo de lo que había imaginado. Ahora, con su corazón latiendo con fuerza al recordarlo, sabía que mantener la concentración en el trabajo sería todo un desafío.
Mientras Chan comenzaba a dar instrucciones sobre las líneas que debían grabar, Seungmin no dejaba de observar a Jeongin de reojo, todavía intrigado. Algo había cambiado en su amigo, y aunque no sabía exactamente qué, estaba decidido a averiguarlo más tarde. Por ahora, el sonido de las voces llenaba la sala mientras Jeongin intentaba concentrarse en la tarea que tenía por delante. Sin embargo, Seungmin no podía evitar desviar la mirada al teléfono del menor cada vez que sonaba una notificación, esperando descubrir algún mensaje que delatara la mentira que le había dicho. Pero solo llegaban enlaces de videos de TikTok enviados por Felix al grupo, quien evidentemente se encontraba sin nada que hacer.
